Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 31 de diciembre de 2014

QUIEN MAL ANDA, MAL ACABA





No publicaré ahora la reseña de la nochevieja del año pasado aunque me hubiera valido. Eso sí, corregido y aumentado el efecto negativo que el tiempo ha acumulado sobre mi existencia. El futuro se presenta lleno de dificultades. Tenía planificado y pagado un viaje a Mallorca, con el IMSERSO, y ayer envié la petición de cancelación pues quien mal anda, mal acaba. No puedo correr el riesgo de quedarme sin viaje y sin dineros, eso sería ser un gilipollas, aunque no tengo nada claro que no lo sea aunque recupere los dineros. Más vale honra sin barcos que barcos sin honra, pero mejor sería  tener las dos cosas. ¿O quizá ambas cosas podían irse a cascala?

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