¡No me faltes madre!
Era
yo pequeñita, pequeñita
un
capullo de sedas y encajes
y
para ti, mamá, era tan chiquitita!
y
para tú cariño era tan grande!
que
aunque te hubieran dado el mundo entero,
con
todas sus riquezas por dejarme
¡Jamás
lo hubieras hecho .. mama mía!
¿Verdad
que no?.. ¡y apenas yo era nadie!
Dicen
que me tenías en tus brazos,
que
nunca te cansabas de cuidarme
si
estaba mala, por ponerme buena
si
estaba buena, para que no enfermase.
Me
llamabas “mi cielo”, “mi tesoro”
“mi
cariño” y “mi vida”. Al acostarme
le
pedías al ángel de mi guarda
que
entre sus bellas alas me guardase
y
a la reina del cielo le decías:
Bajo
tu manto azul ¡cúbrela Madre!.
Y
así… pasando el tiempo… ya he crecido
y
aprendido el amor de tú lenguaje
las
oraciones al Ángel mi custodio
y
el cariño filial a Dios mi padre.
Y corriendo
vienes a besarme
le digo yo a
la virgen de este modo
bajo tú
manto ¡guárdamela, madre!
que… mama es
mi cariño, mi tesoro
y mi vida, y
mi amor ¡que no me falte!
Cuántos
niños, llorando en nuestra España
mirarán con
angustia y pena grande
la
venida del cinco de Mayo
el venturoso
“día de la Madre”
Y qué feliz
soy yo mamita mía
pudiendo
entre tus brazos celebrarlo,
y sintiendo
el calor de tu cariño
y tus dulces
caricias al besarte
¡Quisiera Dios,
madrecita, concederme
que muchos
años junto a ti los pase
y que la
virgen Pura Inmaculada
bajo su manto
azul nos cubra, madre.
Porque tú
eres mi vida, mi tesoro,
mi cariño y
mi amor…
¿Qué no lo
sabes?
OLGA
OLGA