Camino del balneario, en una larga calle peatonal hay numerosos ciruelos ornamentales, prunos los llamaría Nynaeve -y además dice que es alérgica al polen-, de esos que tienen la hoja morada. En este momento están haciendo eclosión las flores y las hojas, circunstancia que les hace especialmente atractivos a la vista. Pero no solo eso según parece; en uno de ellos había 8 loros chirlaspanquis "salvajes" dedicados no se si a comer flores o a quietárselas al árbol. El suelo tenía un manto rosado de los pétalos y flores caídas. Estos bichos, son especialmente escandalosos y han colonizado los árboles del barrio. Hacen unos enormes barderizos para los nidos, de mayor volumen que los de las picarazas, a pesar de ser bastante más pequeños.
Les llaman cotorras argentinas y no son aves autóctonas. Algún gracioso, las soltó y han invadido toda la ciudad ya que son una especie muy expansiva y prolífica a pesar de ser ajenas al territorio. El ayuntamiento de la Inmortal Ciudad, está empeñado en su control inutilizando los huevos, o al menos eso dicen, con el fin de que no salgan más polluelos y se multipliquen exponencialmente.
En el mismo árbol, una pareja de palometas, tórtolas turcas, se afanaban en construir su nido. Otra especie extranjera que ha colonizado no solo la ciudad, sino toda la península. Estas aves, no han necesitado las trajeran, poco a poco se han ido moviendo hacia occidente y ahora son casi peste. Tanto en la casa de la playa como en el pueblo, las he emprendido a perdigonazos pues son pesadas, muy pesadas. Se pasan el día como las cotorras, guarriando y no dejan descansar en cuanto amanece. Se ponen en la antena del televisor del vecino y allí dale que te pego con el cucurrucu, hasta que me hartan y las emprendo a tiros.
La nota alegre de la mañana la he recibido al llegar al polideportivo, Siglo XXI se llama. Le he preguntado a la recepcionista cuantos pases me quedaban en la tarjeta y la respuesta ha sido contundente: NINGUNO. Manda huevos, para mí que todavía quedaban tres. ¿Cómo se me ha podido "traspapelar" tanto pase? Así que como no entraba en mi previsión cargar la tarjeta y mucho menos pagar por un solo servicio de balneario, he vuelto grupas para ducharme en casa. Para este viaje, no hacían falta alforjas.
CDM Siglo XXI
A la vuelta, las cotorras ya no estaban allí.