Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 14 de junio de 2014

Esther Koplowitz, Rafa Nadal y el padre Ángel, reconocidos con la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo

Puede que alguno de ellos se merezca un reconocimiento, pero no precisamente la medalla al trabajo. Esto es igual que cuando a algún polimili le vuelan los webos . Parafernalia a tutiplén. Si la palman los obreros, como dijo la hija de Fabra, “qué se jodan”. Así nos va. Tengo un amigo que con más de 75 años, tiene que subsistir como lo ha hecho toda su vida: de pastor, y se morirá siéndolo, pero por necesidad. Él no desearía esa medalla, que los galardonados no necesitan para vivir. Con una pensión digna, se conformaría. Por cierto, para hacerle la pelota, enviaré una carta al Congreso afín de que se la den al rey jubilado.