Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 31 de julio de 2014

¿CARNE TRÉMULA?


En estos días veraniegos, pero no tanto, se observan pantaloncitos cortos hasta la mínima expresión en las mujeres jóvenes, lolitas, que aspiran a ser mujeres a secas. Las hay que quieren y luego la mala conciencia les obliga a ir tirando de la inexistente garra del pantalón hacia abajo en un intento de que la raya que separa el moflete del culo con el comienzo del muslo quede cubierta. Conforme van andando tiran de una y otra parte en un vano intento de suplir la tela cortada, porque la han cortado ellas.

Luego están las lolas, con unos culazos imponentes tras esos shorts que permiten que los mofletes del trasero se bamboleen al ritmo de sus andares. Uno echa la vista atrás y reconoce compungido que en su tiempo no tuvo la suerte de ver ninguno de cerca y mucho menos de hincarle el diente. En todo  caso, sean lolitas, lolas o señoras lolas, que muslos tienen, que muslos traigan que muslos comemos. Ameguen.

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