LA VÍBORA QUE ESTAMOS INCUBANDO.
Un campesino encontró una víbora aletargada por el frío. Misericordioso y apenado, refugió al reptil
entre las ropas de su pecho para darle calor. Cuando la serpiente recobró vida y salió de su letargo, mordió al campesino compasivo que murió a causa del veneno.