Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 14 de enero de 2015

NARANJAS

Tengo el sillón basculante frente a la ventana del salón dando vista al jardín. Y todos los días mi mirada se extasía contemplando la plenitud de mi naranjo. Este año la cosecha es magnífica, mayor que nunca y ahora el sol de tarde se refleja en los frutos maduros que es una bendición. También había mandarinas, menos, y quedan todos los limones, amarillos y verdes, maduran según han ido floreciendo.

Reconozco que, como provengo de alta montaña donde es imposible el cultivo de estos frutales, la posibilidad de tenerlos aquí ha podido más que todo. Y ahora es el tiempo de recoger los frutos, nunca mejor dicho. Pero sufren plagas de todos los colores. Desde pulgón, mosca blanca, y unos bichos que se introducen entre la fibra exterior de la hoja y la clorofila, la cual se meriendan echando a perder la hoja. No hace nada el sulfatarlos pues están dentro. Solo el preventivo para que cuando lleguen mueran pero para eso es necesario una vigilancia constante y duradera. Solo parece que amainan los ataques de todas las plagas en invierno y si hace frío. Ahora los baño pues las hojas y los frutos, tienen una capa de negrura procedente de los pulgones. La melaza que producen se ha podrido dejándolos hechos unos zorros aunque ya van recuperando algo su color.
Con el tiempo que hace, los almendros florecerán cualquier día.

Aprovechando la ocasión que me brinda esta entrada, deseo hacer un comentario sobre el comportamiento cívico de esta gente. Tienen una absoluta falta de civismo. Da vergüenza darse una vuelta por la urbanización; en cualquier sitio dejan los desechos y las basuras de los jardines y si les pilla, las otras. En la esquina de mi casa, en el solar que hay al lado, mis vecinos lo utilizan para tirar lo primero que les pilla: botellas de plástico, bolsas de ídem con alguna mierda dentro, paquetes de tabaco, propaganda..... ya le llamé la atención una vez porque tiraba la ceniza de la chimenea allí; hombre no me jodas, cruza la calle y tírale en el solar de enfrente. Pelos de perro, colillas de cigarro, en fin que son unos guarros en general. Parece mentira, y aún quieren la independencia. Qué se vayan a cascala, marranos. Y como donde fueres haz lo que vieres, me han contagiado y las podas de los árboles y el césped del jardín, también lo tiro al solar pero sin que se vea, Nunca lo tiraría en la puerta o la esquina de nadie. También soy un pelín guarro, como todos y para no destacar.

Mi cosechón de naranjas lane-late


El mandarino, aun le quedan dos, la otra no se ve pero es gorda y hermosa. El resto, me las he comido