Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 18 de junio de 2015

DELINCUENTES SEPARATISTAS (QUE NO INDEPENDIENTES)

A raíz de la nueva moradora en casa, la perrita Laika, he descubierto los inconvenientes, peligros y pájaros de mal agüero, no presuntos sino reales, pues delincuente es todo aquel que incumple la ley, que me rodean. Como cada poseedor de una mascota, la saco a la calle con la intención de que el animal haga sus necesidades -en el caso de un cachorro como la mía, para que aprenda y se acostumbre-. Pero lo que no esperas es tropezar con energúmenos creídos en la supremacía local sobre quienes hemos tenido la osadía de gastarnos nuestros dineros en beneficio del progreso de esta tierra. Entienden que seguimos en el medievo cuando los señores imponían el vasallaje y la esclavitud sobre los demás. El día menos pensado, impondrán el derecho de pernada.

El sábado me encontraba en la parcela contigua a mi casa cuando de pronto apareció un enorme perrazo negro, un rottweiler, que persiguiendo a mi cachorra hizo caso omiso a las llamadas para que se detuviera. Esta inició una carrera desenfrenada hacia casa encontrándose la puerta cerrada, culpa mía. Se refugió en el exterior de la puerta del vecino, ocupada por otro perrazo, un labrador negro y una coker. La pobrecica entre los ladridos de los de dentro y el acoso del perseguidor no cesaba de ladrar quejándose. Menos mal que no le mordió sino la mata. El kabrón del dueño se marchó tal feliz, era el puto dueño del corral.

Ayer, volvimos a tropezar con ellos en la calle. En cuanto nos vio, el perro vino hacia la perra. Intenté alejarle con un palo que llevaba en la mano. Inútil. La perrita acosada y acojonada, ingobernable. Gritos e insultos entre ambos dueños; recriminación por llevarlo suelto y sin bozal. El muy kabrón me amenazó e insultó dejando entrever que el perro me podría atacar y después él.

Hacía cinco minutos que había hablado con una patrulla de la policía local denunciando los hechos. Pero en ese momento no estaban, como siempre cuando los necesitas. Llamé a la centralita donde supongo que una vez terminada la llamada me mandarían a tomar por culo, "que se joda el español".

Y ahora me planteo ¿Qué cojones hago? ¿Salir a pasear con la perrita asumiendo el riesgo de ataques de perro y dueño o quedarme en casa en previsión de esto pueda ocurrir? Si tuviera escopeta, las disyuntivas estarían más diáfanas.