Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 30 de julio de 2015

DE EXCURSION

Mi sobrino estará este mes trabajando para el ayuntamiento del pueblo y el alcalde le encarga haga un recorrido por varios pueblos dejando carteles anunciadores de la tercera movida medieval a realizar a caballo de Julio y Agosto, o sea, el día 31, 1 y 2. Ya la he visto otros años y básicamente contiene simulacros de lucha con espadas, etc. en el castillo y la instalación de chiringuitos en el pueblo con trabajos artesanos, cetrería y cantos antiguos (o eso parece).

Me ofrezco a acompañarle y a la mañana nos dirigimos hacia Rodenas camino de Pozondón. No tomé fotos de los lugares por donde pasamos, de lo cual me arrepiento pues ello me priva de la prueba irrefutable de mi paso. En Pozondón dejamos unos carteles pegados en el ayuntamiento y de allí fuimos a Monterde. Pueblo muchas veces nombrado pero alejado de los caminos de paso por lo que de no ir exprofeso, no lo conoces. Pequeño, entre montañas y con una paz envidiable. Ideal para el verano, en invierno se helarán hasta las piedras.

De allí seguimos por la carretera que habíamos entrado y que va a Cella. Tras unos kilómetros vimos una dirección que indicaba 11 kms. a Albarracín que no viene en los mapas. "Tira por ahí".  Estrecha pero sin tráfico, solo vimos un coche, en un boleo estábamos en Albarracín. "Pues no sabía estaba tan cerca" me extrañé y regocijé. Aquí hizo su trabajo y nos permitimos dar una vuelta, pegando carteles de paso, por la ciudad. En verdad es bonita y pintoresca, sobre todo ahora en verano por el verdor del jardín regado por el rio Guadalaviar. (Aquí está ambientado mi relato sobre la princesa mora Alba y su enamorado Ibn Sahim, acabado de forma trágica en el castillo de mi pueblo)

Volviendo atrás, enfilamos hacia Cella. Pasamos por Gea de Albarracín pero allí no le habían encargado dejar publicidad. En Cella, en la Casa de Cultura y la oficina de información. Como el sobrino no conocía la fuente de Cella, famoso pozo artesiano y nacimiento oficial de rio Jiloca, fuimos a verla. Al lado un bar, donde pegó unos carteles y nos tomamos un chupito, por mi cuenta que el ayuntamiento no da ni los buenos días. Una sombra de moreras como para pasar el verano bajo su protección.

De allí, y por camino vecinal con unos badenes para las tormentas como para salir volando, tomamos camino hacia Santa Eulalia ya de vuelta a casa. Pidió permiso y en el ayuntamiento pegó otros carteles. Ya no era hora de ir haciendo turismo por lo que sin demora nos dirigimos a Alba donde en el bar hizo su trabajo. De allí pasando por Almohaja, a casa. Cuatro horas de viaje placentero y cultural.
 
 ¿Qué haces aquí, petisuí?

 
La fuente de Cella 


Diferentes vistas de la ciudad de Albarracín