Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 20 de diciembre de 2015

DIA DE IRREFLEXIÓN

Hemos sufrido una verdadera tortura china a cargo de políticos de toda laya y lo que es mucho peor: esos bastardos impresentables que, supuestamente independientes, sueltan sus putrefactas deposiciones mentales en los platós de televisión. Los primeros, una vez conseguido su objetivo de tener asegurado por cuatro años un contrato o no, opíparo, de trabajo, se retirarán a sus cuarteles de invierno a calibrar cual puede ser la manera de salir rico o muy rico del chollo que les hemos regalado; también es posible que a partir del lunes tengan que buscar la manera de seguir en la cresta de la ola por el empeño de sus correligionarios en meterle la cabeza bajo ella con perversas intenciones.
 
Pero de quienes no nos libraremos será de esos mendaces y cabrones voceros autodenominados periodistas que seguirán vomitando sus heces mentales en los habituales platos de la mierda televisiva. Si algún presentador había mínimamente decente, la caverna ha presionado cual perjura y adúltera Herodías para pedir su cabeza, deshacerse de él y que no alumbrara con su independencia los crímenes cometidos.
 
Hay, habemos, muchos millones de ciudadanos votantes a los que nos sobran tanto la campaña electoral como el periodo de reflexión. Hemos tenido cuatro años para reflexionar de la equivocación cometida en las anteriores elecciones generales. Las acciones encaminadas por el gobierno a favorecer única y exclusivamente a su clase, no ya decidieron hace mucho tiempo la orientación de nuestro voto hoy, pues ya estábamos avisados, lo hicieron en la anterior votación.
 
No obstante, hay muchos millones de analfabetos con la mente anclada en el siglo pasado, que votan con el culo, tontos de los cojones. De esos hay muchos en mi pueblo y en los miles de pueblos de este estúpido país de mierda -hay demasiados Puerto Urraco- es la única explicación y el calificativo más generoso que merecen esos matracos destripaterrones (antaño). Votan a quienes les joden la sanidad y les quitan al médico; a quienes les joden la educación y cierran sus escuelas enviando a sus hijos lejos de ellos; creen, ilusos, que las pensiones las paga el gobierno y a lo que dedican el tiempo, sus miembros y miembras,  es a mermar a pasos agigantados la hucha de la SS haciendo al mismo tiempo perder poder adquisitivo a las mismas....
 
Y luego están los mastuerzos que comen de la ubre común, de nuestros impuestos, que creen, como Luis XIV, que el estado son ellos y votan siempre al contrario de la mano que les da de comer (es un decir real). Se llenan la boca de Patria, España y otras arengas por el estilo, pero tras lo único que van es de la pasta gansa, cuanta más mejor. Y si pierden la vida en accidente de trabajo, montan la parafernalia que tienen organizada, mucho histrionismo funambulista; en tanto si quien cae en el frente es un minero tras una explosión de grisú o un peón de albañil en las obras, es debido a su negligencia inadmisible y al cual hay que dejar sin sustento y pensión por baldao e inútil.