Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 30 de diciembre de 2015

CALABUCH

Esta noche he vuelto a ver en la 2 la película rodada en Peñíscola llamada Calabuch. Según reza en los títulos al final de la misma, en el año 1956 fue premiada en el festival de Venecia, o sea, que ya tiene unos años.

La cinta como tal resulta interesante aunque para mí lo principal de la misma es contemplar la costa y playas vírgenes, sin la explotación sufrida hoy en día. Si una localidad de playa me ha marcado para siempre, esta es Peñíscola. Cuando yo la conocí hace casi cincuenta años, unos doce después del rodaje de la película, la costa había cambiado respecto de las playas que hoy se observan en la cinta. Esa playa interminable hasta Benicarló, es la mejor que yo conozco del Mediterráneo; suave, de olas que mueren sin estridencias......

Seré un nostálgico, pero aquella Peñíscola sin mancillar, me gustaba más que la actual aglomeración en que se ha convertido con la especulación turística. Si el papa Luna levantara la cabeza, seguro excomulgaba a más de un especulador.

Resultado de imagen de fotos antiguas de peñiscola
 
 
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En todo caso, Peñíscola, te amo tal cual eres.