Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 31 de octubre de 2016

COLORES DEL OTOÑO

Hoy no me puedo levantar

La rosa del azafrán

El valle del Jiloca

 PRESIDENTA DEL CONGRESO

S. Martín 

CAMI
Esbrinando

Geranios

sábado, 29 de octubre de 2016

miércoles, 26 de octubre de 2016

EL REY GOLPISTA

Cuando hace muchos años, el rey "nos salvó" de un golpe de estado, yo fui uno de los millones que aplaudió con las orejas la "valentía" del soberano que nos liberó de los capitanes generales en aquella tarde/noche del 23 de febrero. Así lo reflejé en entradas del blog en su momento.

Posteriormente poco a poco se me fue, se nos fue, cayendo la venda y descubrimos como aquel rey ejemplar estuvo al tanto y posiblemente en el génesis de aquella asonada. Y muchas cosas más: que ha sido un golfo y un putero, un comisionista con muchos millones de euros en negro en el extranjero, y sabe dios cuantos milagros más de los que jamás tendremos noticia.

Ahora, parece ser que junto al señor X Gal Natural, F. González; el IBEX 35 y otras gentes de mal vivir, sin olvidarnos del fascista Cebrián, también ha participado en la defenestración y hundimiento del partido de los socios listos. No es que me apene lo más mínimo la suerte que pueda correr ese contubernio de gentes apandadoras, ladronas, cobardes y como se ha visto traidoras. Pero todo ello va a suceder o está sucediendo delante de nuestras narices y a costa de nuestros impuestos ya que esta gentuza no ponen de su bolsillo ni un céntimo, todo, todo, se lo tenemos que pagar los contribuyentes. Hasta el ADSL y las putas.

Como decía, parece ser que para no manchar la credibilidad de su hijo, que no la tiene, ni legitimidad, ha sido el viejo rey quien ha movido los hilos de este nuevo golpe de estado. Todo sea por el bien de la famiglia.

sábado, 22 de octubre de 2016

EL DÍA QUE PERDÍ.... AQUELLO

Leo que el Gran Wyoming ha escrito un libro en el cual cuenta los recuerdos que todavía conserva de su niñez y juventud. Es un tipo que me cae bien, no tiene pelos en la lengua y hace gala de ello. Desde los ya lejanos días de Caiga quien Caiga, no ha cedido ni un ápice en su independencia y compromiso con la verdad sin dejarse domar por los medios para los que ha trabajado.

En la Sexta, propiedad de A3Media, ya hace tiempo que intentaron cargarse el programa El Intermedio. Pero las presiones al propietario de Planeta señor Lara y dueño capitalista de las emisoras de Tv, no dieron resultado. Los gestores de la emisora de Tv, la Sexta,  se negaron en redondo; no podían permitir que un programa de éxito que les daba audiencia y beneficio desapareciera. Tampoco defenestrar al Gran Wyoming, alma mater del mismo y posible propietario de la idea.

En el libro parece ser que cuenta como en un viaje a Amsterdam, tuvo su primera relación sexual con una mujer en vivo y en directo. Allí las mujeres se exhiben a través de grandes cristaleras, lo mismo que en las ciudades alemanes que visité. Cómo le fue, lo averiguaré pues pienso comprar el libro. Cómo me fue a mí, no necesito ningún libro para ello, todavía conservo la memoria del suceso a pesar de que nunca lo haya mencionado en ninguna entrada.

Una tarde, el inefable Pepín, me convenció para irnos de putas. En la calle el Caballo, aledaños de la Plaza del Carbón, contactó con una señora que casi sería nuestra madre por la edad o eso me pareció. En un taxi, la buena mujer -una foca más bien- nos llevó al picadero, una casa en el campo situada por la carretera de Logroño donde se nos cepilló a los dos; uno tras de otro. Episodio para olvidar, nefasto y del que no conservo ni una miaja de satisfacción.

La tía, ante mi falta de interés, no salía nada, me instó a que me hiciera una paja. Me daría de ostias hasta en el carné de identidad no por el hecho en sí, sino por el momento y la cutrez del mismo. Por ser la primera, debería haber elegido mejor y más en consonancia conmigo mismo. Pero a pesar de la rabia que pueda sentir, nunca vergüenza, ya no tiene solución. Como tantas otras cosas perpetradas por mí.

En otra ocasión, viajamos a Bilbao a ver al Real Zaragoza. Visitamos el barrio chino y los resultados fueron los mismos. Menos mal que fuimos a Santurce y comimos chipirones en su tinta, ricos, ricos. Ya éramos profesionales de la cocina, él más que yo pues había trabajado en el hotel Centenario junto a su tío, Norberto Romea, gran señor en todos los aspectos. Y además el Zaragoza ganó el partido con lo cual todo fue redondo; bueno, casi todo.

Sin duda Pepín ejerció sobre mí una influencia negativa aunque yo en ese momento no supiera percibirlo. Me ayudó a convertirme en un golfillo. No le culpo, todo lo contrario: él era un joven que se había criado en la ciudad y en una familia sin complejos. Yo necesitaba compañía y un tutor y él fue ambas cosas. Pero hace falta ser capullo: no se le ocurrió otra cosa que hacerse la fimosis por su cuenta. Sus padres debieron llevarlo al hospital para evitar que se desangrara.


viernes, 21 de octubre de 2016

Nada

Vi el espectro de una mente atormentada

me imaginé dentro y no hallé nada

jueves, 20 de octubre de 2016

ARAGÓN RADIO

Casualidades de la vida o Justicia del Destino, hace poco, a través del programa Los Imperdibles de Aragón Tv, tuve conocimiento de que un relato que escribí hace muchos años, había sido utilizado de forma espuria por otras personas. Vamos que lo habían plagiado con todo lo que eso significa. Plagiar: Copiar una idea o una obra de otro autor, presentándola como si fuera propia.
Investigando, (gracias peke) llegamos a Aragón radio donde pudimos comprobar que el citado relato había sido dramatizado en la fecha que figura en el enlace aportado. Este hecho, pudo haberme satisfecho al ser el relato mío y referirse al castillo de Peracense, mi pueblo. Pero alguien se había arrogado su autoría y no se mencionaba al verdadero autor. De ello tengo todas las pruebas necesarias pues fue escrito muchos años antes.

No pido nada a Aragón radio. Simplemente que si esta u otra dramatización basada en el citado relato se llevara a cabo, se abstengan de atribuirla al autor del plagio y pónganlo en mi conocimiento para dar el visto bueno o no. No renuncio a tomar las acciones que en derecho me correspondan de persistir en el error.
http://www.aragonradio.es/podcast/emision/peracense-el-castillo-que-vigila-el-desfiladero

Me dirán que esto fue hace muchos años: Cierto, tantos como yo he permanecido en la ignorancia. Les daré un dato: Lo escribí antes de 2006. Y lo tengo registrado en mi blog, que es inviolable, con una licencia Creative Commons así como en la web Safe Creative.

Salu2

email a...

miércoles, 19 de octubre de 2016

AHORA ME LO EXPLICO

Llevado de mi inconsciencia literaria, nombre rimbombante para encubrir la afición de juntaletras sin ton ni son, envié a primeros de mes un refrito de entradas enmascarando un relato. Quienes me han comentado, solo dos personas, casi valía más se hubieran abstenido. Han dejado mi ego por el suelo. Colijo, por sus comentarios, que no han captado la incultura de este blogero y con su máxima buena voluntad, desean corregir mis errores y meteduras de pata; no se dan cuenta que a estas alturas de mi particular película, me importan un bledo las reglas de la RAE, máxime cuando sus académicos andan tirándose los libros a la cabeza, Alatriste y Rico, y otro -personaje nefasto, indecente y repugnante donde los haya- Cebrián, no son los más adecuados como referentes de nada aunque sus egos sean superlativos.

 Por lo que observo, solo sirven mis escritos para que algún listo los plagie. No entienden los palabros que empleo, esos que son usuales en la vida cotidiana -vete a cascala- donde solo intercalamos alguna palabra "honesta" entre los muchos tacos i giros locales, regionales o nacionales. A mi también me desconciertan los suyos, americanos de habla hispana, pero los comprendo y asumo, a veces con esfuerzo; pero no los corrijo pues entiendo que forman parte de su cotidiano devenir y su idiosincrasia.

Comprendo que no se comprenda un escrito sino te metes en la cabeza del que lo ha pergeñado. Igual te habla del tiempo cuando realmente lo que está pensando es en tirarse por la ventana o al vecin@, sin discriminar por la gran confusión de sexos habitual en estos tiempos. O vete tú a saber, que ya lo dijo no sé quién: Arrieritos semos y en el camino nos encontraremos.



LUGARES DE LEYENDA

Aragón vende al cine el patrimonio que no tienen EEUU ni Canadá
CASTILLO DE PERACENSE
El castillo de Peracense, uno de los lugares que más ha llamado la atención de los dos localizadores de escenarios de cine de Los Ángeles (EEUU) que se encuentran de visita en Aragón. - EL PERIÓDICO / ARCHIVO
ALBA - IBN SAHIM

Cuenta la leyenda, que el rey moro Ab El Racim tenía una hija a la cual pretendía casar con el rey moro de Valencia. Era una hermosa joven, lo cual hacía que sobre ella recayeran todas las miradas y deseos de los jóvenes -y de los menos jóvenes- palaciegos. Muchos eran los que en silencio sufrían de amores y calenturas por su causa. Pero temerosos de su padre y deseando conservar la cabeza en su sitio, se guardaban muy bien de manifestarlo.
Así comienza la leyenda que un sinvergüenza aprovechado me robó y plagió, Luis Zueco, apropiándosela e incluyéndola en un libro como suya. Es una de las primeras entradas en este blog, pero ya viene de otro anterior. Septiembre de 2006.

La noticia nada tiene que ver con la leyenda.


martes, 18 de octubre de 2016

AL CAMINO DEL BORDE

Juan el Loco llegó al café más silencioso y más esquivo que nunca. No se empeñó en darme conversación, no me pidió que pusiera un disco de Joaquín Sabina o de Javier Ruibal, no hizo bromas pesadas a costa de ningún cliente. Entró, saludó con la mano y se escondió en la mesa del fondo. Tuve que acercarme, al cabo del rato, para preguntarle si quería tomar algo. Estaba cohibido, le costó trabajo sonreírme, pronunció mi nombre con una timidez extraña y tardó en atreverse a pedir su whisky.
Pensé que no había ido bien su viaje a Madrid. Un fracaso ese esperado y cacareado fin de semana con la cantautora que había conocido aquí en febrero; demasiada suerte para Juan, supuse al verlo tan encerrado en sí mismo. Daba pena su calamidad, sin una conversación en toda la noche, sin más equipaje que dos copas y tres escapadas solitarias a la calle para encender un cigarro.
Cuando se fueron los clientes más trasnochadores, cerré la puerta, me serví una copa y me acerqué a su mesa.
_ ¿Qué ocurre? -pregunté mientras me sentaba.
_  lo que me va a suceder en los próximos 20 años. –Respondió mirándome fijamente.
Esa salida de humor inesperado y confusa melancolía era un regreso a la normalidad. Debió leer la sorpresa en mis ojos, porque enseguida empezó a explicar que esta vez no se trataba de una de sus locuras. Me contó que había sido feliz con la cantautora, que habían quedado en repetir el próximo fin de semana, que ella lo había acompañado al aeropuerto, que lo había despedido con un beso interminable…Pero después, Juan había sacado la tarjeta de embarque, pasado los controles de seguridad, entrado en el avión y comprobado atónito que su asiento estaba ocupado.
_Era yo -me confesó-, de verdad que era yo mismo el que estaba sentado en la plaza 12A. Con 20 años más, muy canoso, viejo, elegantemente vestido y hablando con una calma misteriosa. Pero de verdad que era yo. Me di cuenta antes de que él dijera: “Hola, soy tú”. Iba a advertirle que se había equivocado de sitio, a preguntarle ¿qué asiento tiene usted? pero dejó de leer el periódico, se volvió para mirarme y me vi allí, 20 años más viejo. No hizo falta ninguna explicación.
­ Es una casualidad que hayamos coincidido en este viaje –dijo-, un
imprevisto. Siéntate aquí, el asiento 12B está vacío. No puedo
explicarte lo que ocurre, pero ya que estamos juntos, sí puedo
contarte lo que será de tu vida durante los próximos años.
Comprendí que Juan no me estaba engañando. No era una de sus bromas, hablaba con la luz de la verdad y el convencimiento.
_ ¿No te gusta lo que has sabido?, me atreví a murmurar. ¿Tal vez una desgracia?
_ Bueno –sonrió-, no está mal, no voy a ser un pintor de éxito, pero me defenderé bien como representante de artistas.
Después de un silencio prolongado me miró a los ojos.
_ No me he resistido -murmuró-, a preguntarle también por ti.
_ No me jodas, Juan –protesté-, no estoy yo para profecías, vamos a dejarlo.
Pero había caído en una trampa. Serví dos copas y me dispuse a escuchar. Empezó por tranquilizarme, me dijo que no me preocupara:
_ Lo que te va a pasar no es ni bueno ni malo, todo depende. Todo será según te lo tomes, una oportunidad o una catástrofe, así que prefiero contártelo para que la sorpresa no acabe contigo. Verás…
 
-…Julio, mi otro yo resultó ser un engreído y un tocapelotas. Fantaseaba con que formaba parte de la directiva de una sociedad de autores, secae o algo parecido, y que le iba muy, muy bien. Como sabes, aparte de la pintura, yo me dedico a tocar mal que bien algunos instrumentos, pero él decía que ya no necesitaba hacer de soplagaitas, que ya tenía en sus manos los medios necesarios para gozar de un buen pasar. Acabamos mal, pues le llamé aprovechado y truhan. No me gustó nada lo que me contó ni los derroteros por los que se había precipitado mi vida. Loco, puede, caradura, no ¡Ah! y lo mejor de todo es que esta chica con la que he estado en Madrid, se ha hecho famosa y de ahí parte mi dedicación a la representación de artistas

-O sea que te dedicarás a vivir del cuento, como un gigoló

-Hombree Julio, de macarra no; los representantes artísticos no se dedican a esos fines.

-Ya, pero por lo que a veces viene en los papeles, suelen vivir a costa de sus representados e incluso les vacían la hucha. No me invento nada que no se sepa

Así que entre copa y cigarro -estaba prohibido fumar pero ahora no había clientes- le resumió como habían sido sus andanzas en la noche madrileña acompañando a su nueva amiga.

-Aquello es otro mundo chico. Parece que nadie curra. Todo lleno a todas horas. Los alrededores de la plaza Mayor, me parece que la calle se llama de los Navajeros, donde están los bares y tabernas de moda, parece un hormiguero. Y no veas en Chicote lo que hay…

En resumen, les pasó como al mencionado Sabina; les dieron las dos y las tres y el amanecer les sorprendió tirados sobre los asientos de terciopelo del reservado del bar. Ni se enteraron

A la mañana siguiente abría el bar otra persona. Nada más elevar la persiana, observó que había luces y un pestilente olor a tabaco. Hostia, se dijo, aquí han entrado esta noche y se han dado un homenaje. Con cautela fue inspeccionando el local hasta llegar a los reservados donde encontró a la pareja de amigos durmiendo la mona en brazos de Morfeo.

-¿Pero qué coño hacéis vosotros aquí? Si se entera don Cicuta, daos por muertos.

La pareja, con telarañas en los ojos y en la mente, apenas acertaron a dar explicaciones.

-Éste, dijo Julio, me iba a contar el futuro y acabamos olvidando el presente.

-Pues me parece que el futuro ya ha comenzado para ti. ¡Estás despedido! Vociferó Don Cicuta que había aparecido tras el camarero.

-Déjeme le explique don Ci… digo Mariano.

- ¡Fuera!

-Esto no te lo perdonaré nunca, Juan el Loco. ¿Cómo cojones pretendes explicarme lo que sucederá dentro de veinte años si no prevés lo que me va a suceder al día siguiente? -le increpé mientras salíamos del bar arrastrando los pies-. Aunque la culpa no es tuya, sino mía por darte conversación.

Acababa de conocer mi futuro inmediato de forma repentina y el bandarra de Juan ni se había enterado. ¡Vaya pitoniso de habichuelas!

Julio, al que todos llamaban el Rubio, creía conocer a las personas; tras una barra de bar se aprende mucho de la gente; enseguida se conocían sus virtudes y defectos. Pero había descuidado conocerse a sí mismo.

Representante de artistas… ¡si tendrá morro el tío! ¡Mira que darle carrete a este cabra loca! ¡Hay que joderse! ¡Se habrá puesto hasta el culo de esnifar todo lo que haya pillado y, dentro de sus viajes, se ha montado uno de ida y vuelta en avión consigo mismo! Pero ¿por qué le hice caso? Debía haber echado la persiana y a él… ¡a la puñetera calle! en vez de apiadarme como si fuera un perro apaleado.

Para evitar el pitorreo general cuando los conocidos y clientela tuvieran conocimiento de lo acontecido aquella noche, Julio, sin dar explicaciones a nadie, cogió la maleta, el perro y el lorito -es un decir- y en el exprés de las ocho, viajó hacia Madrid. Tiempo tendría de sobra para planificar su existencia futura sin fábulas esotéricas.

to be continued ....some day

WITH THE INVALUABLE HELP OF MY TEACHER

lunes, 17 de octubre de 2016

AL BORDE DEL CAMINO


(Uy, qué pánico me da. Una oportunidad o una catástrofe. Coño, claro ¿Y si son ambas cosas, una seguida de otra? Mejor lo echo a la calle y que deje de hacer el Rappel. No puedo hipotecar mi vida pensando si se va a realizar o no el vaticinio de este pirao. Menudo purgatorio. Aunque he sido yo quien le ha invitado a quedarse y contarme lo que le ocurría, no puedo pasar por gallina y pringao).

Así que dejé a Juan explayarse, qué remedio me quedaba. Un viaje al futuro a caballo de vete a saber qué pócimas. Me dijo que sobre mí poco podía detallar, excepto que por entonces me dedicaría a la política; con lo depreciada y despreciada que está.

─No me jodas Juan, eso ya es mear fuera del tiesto.

─Julio, yo no me invento nada, pero no sé más. El viejo dijo salías en los papeles y bien acompañado, por cierto. 

─Al menos te contaría dónde estaría ejerciendo ese servicio o lo que sea.

─No mucho, pero si te lo cuento, el relato se va al carajo.

Entre copa y cigarro comenzó a vender la piel del oso antes de cazarlo; al parecer la conversación y el whisky habían obrado el milagro. Para empezar, se marcharía a la capital.

─ ¿Y cómo te vas a ganar el bollo? ¿Con las brochas o de soplagaitas?

─De lo que salga hasta que me sitúe. Aquello es otro mundo chico. Parece que nadie curra. Todo lleno a todas horas. Los alrededores de la plaza Mayor, me parece que la calle se llama de los Navajeros, donde están los bares y tabernas de moda, parece un hormiguero.

─Julio -confesó apesadumbrado-, mi otro yo fantaseaba con que formaba parte de la directiva de una sociedad de autores, secae o algo parecido, y que le iba viento en popa. Miedo me da. Yo loco, puede, caradura, no ¡Ah! y Rosa, se había hecho famosa –el asiento vacío era suyo-, de ahí parte mi dedicación a la representación de artistas.

─O sea que te dedicarás a vivir del cuento, como un gigoló.

─Hombree Julio, de macarra no; los representantes artísticos no se dedican a esos fines.

─Ya, pero por lo que a veces viene en los papeles, no me invento nada que no se sepa.

En resumen, nos pasó como al mencionado Sabina; nos dieron las dos y las tres y el amanecer nos sorprendió tirados sobre los asientos de terciopelo del reservado del bar. Ni nos enteramos.

A la mañana siguiente abría el bar otra persona. Nada más elevar la persiana, observó que había luces dentro y un pestilente olor a tabaco. Hostia, se dijo, aquí han entrado esta noche y se han dado un homenaje. Con cautela fue inspeccionando el local hasta llegar a los reservados donde encontró a la pareja de amigos durmiendo la mona en brazos de Morfeo. La botella vacía de JB lo denunciaba.

─ ¿Pero qué coño hacéis vosotros aquí? Si se entera don Cicuta, daos por muertos.

La pareja, con telarañas en los ojos y en la mente, apenas acertaron a dar explicaciones.

─Éste, dijo Julio, me iba a contar el futuro y acabamos olvidando el presente.

─Pues me parece que el futuro ya ha comenzado para ti. ¡Estás despedido! Vociferó Don Cicuta que había aparecido tras el camarero.

─Déjeme le explique don Ci… digo Mariano.

─ ¡Fuera!

─Esto no te lo perdonaré nunca, Juan el Loco. ¿Cómo cojones pretendes te crea lo que sucederá dentro de veinte años si no prevés lo que me va a suceder al día siguiente? Le increpé mientras salíamos del bar. Aunque la culpa no es tuya, sino mía por escucharte.

Acababa de conocer mi futuro inmediato de forma repentina y el pitoniso Juan ni se había enterado. Representante de artistas… ¡si tendrá morro el tío! ¡Hay que joderse! ¡Se habrá puesto hasta el culo de esnifar todo lo que haya pillado y, dentro de sus viajes, se ha montado uno de ida y vuelta en avión consigo mismo! ¿Dónde iría? Pero ¿por qué le hice caso? Debí haber echado la persiana y a él… ¡a la puñetera calle! en vez de apiadarme como si fuera un perro apaleado. Ahora soy yo el que se ve en la puta calle.

Joder, aquí no hay ninguna perspectiva y mucho menos ahora. Don Cicuta me cerrará todas las puertas y alternativas. Estos caciques lo hunden a uno en la miseria si te pillan ojeriza. Lo mejor será emigrar, pero ¿dónde voy?

Para evitar el pitorreo general cuando los conocidos y clientela tuvieran conocimiento de lo acontecido aquella noche, sin dar explicaciones a nadie, cogí la maleta y de mi tierra castellana, viajé hacia tierras sureñas. Tiempo tendría de sobra para planificar mi existencia futura sin fábulas esotéricas.

La sicología y perspicacia adquiridas tras una barra me ayudaron sobremanera, con el tiempo, a ir escalando peldaños en la sociedad. Y así, en el chiringuito de la playa aprendí que, tras una buena comilona, la sangría y el buen vivir hacían el resto; y tomaba nota.

Juan me visitaba de vez en cuando acompañado de Rosa, la cantautora; seguían unidos sentimentalmente. Había llegado a mandamás de aquella asociación de autores y por su mediación, conocí a Chaveli, la más grande tonadillera, de la cual era su apoderado y ésta a su vez, amiga de Rosa. 

El día que conocí a aquel señor tan campechano, supe que ese era el tranvía que debía tomar para cumplir la profecía. En marcha y a la carrera si fuera necesario, pues quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Se decían cosas de él, pero ¿a quién le importaban?

─Tranquilo Imperioso, este palomo es buena gente.

A su vera, mejoré cuanto era posible. Me encontraba en la cresta de la hola, nadando en el dólar. Nunca pude imaginar, cuando decidí emigrar de mi tierra, que en las bonancibles playas marbellíes las cosas pudieran irme tan rodadas.

─Oye excelencia, que dice Chaveli que si la llevas al Rocío la semana que viene, tiene libre y le gustaría ir. Juan le requería por teléfono.

─Ya sabes que siempre estoy a su disposición. (Lo que voy a presumir llevando al pescante de mi calesa a la mayor artista de España).

La sorpresa vendría poco tiempo después cuando a ambos nos “hospedaron”, a pensión completa, en el mismo hotel y por idéntico motivo. Una vez más, el oráculo había fallado estrepitosamente, no nos advirtió de las secuelas posteriores.

Menos mal que conocíamos el futuro.


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jueves, 13 de octubre de 2016

EL MUNDO EXISTE, PORQUE EXISTES TÚ

Parece una perogrullada, pero es irrefutable. El mundo existe, porque tú, amable lector, existes. El día que la palmes, todo a cascala. Con una diferencia: hoy sabemos, sabes, o presumimos relativamente de saber, lo que este mundo ha sido en el pasado. Apesadumbrado reconozco que lo que ocurra en el futuro, JAMÁS LO SABREMOS. Es más, nunca sabremos que hemos existido. Sí, ya sé que tengo un día en exceso melancólico; quizá sea fruto del día tristón y las bajas presiones, que no bajas pasiones pues éstas, como las golondrinas de Bécquer, no volverán. Así que, a joderse tocan.

Ala, pa compensar, sus dejo una foto del Pilar


Emoción, recortes, revolcones y risas sobre la arena.

miércoles, 12 de octubre de 2016

EL PILAR


El Alcalde, Pedro Santisteve
Ofrenda a la Virgen del Pilar 2016

Ofrenda a la Virgen del Pilar 2016

Ofrenda a la Virgen del Pilar 2016
 

Fotos: Heraldo.es y elperiodicodearagon.com

martes, 11 de octubre de 2016

PREJUBILACIONES

Revolviendo los cajones para hacer limpieza, he hallado un escrito al director de Expansión con ese título y fecha, "sábado 6 de Enero de 2001", que copio por su interés (para mí). El fondo del asunto, tiene plena vigencia.

"Reconozco que soy un anacrónico y desplazado lector, exógeno a su mundo, pero, de un tiempo a esta parte, la clase obrera hemos perdido el norte y ya no nos conformamos con leer Mundo Obrero o El Socialista, sino que hemos dado a éstos de lado para centrarnos en los medios más capitalistas. No hay manera de hacer carrera con nosotros (a cambio, la hacen otros a costa nuestra).

Evidenciado queda, pues, que no soy de la grey del Sr. Cavernas y, por lo tanto, no estoy de acuerdo (aunque dice verdades que son como brindis al sol), con el editorial del diario del 14 de Noviembre.

¿Acaso cree el editorialista de La Llave lo que escribe? Claro que dejan de cotizar los prejubilados, pero, ¿Quiénes son éstos? La inmensa mayoría, de multinacionales o empresas estatales que hacen lo que les viene en gana con la aquiescencia del gobierno; aunque luego ponga el grito en el cielo para disimular. Los obreros de las pymes no se lo pueden permitir, so pena de cobrar cuatro perras de retiro, y eso si tienen los suficientes años cotizados. A toda persona que de verdad ha arrimado el hombro a lo largo de su vida, le quedan muy pocas ganas de llegar a los 65 años para jubilarse, si es que antes no se queda por el camino.

¿Acaso cree que cambiando la turnicidad, acostándose a las 7 de la mañana unas semanas, y a la siguiente levantándote a las cuatro y media, encuentras a alguien que en cuanto le sea posible no se prejubila aunque sea con pérdidas?"

Esta fotografía corresponde a un hallazgo inesperado: son las iniciales de mi amado padre picadas en una roca en su juventud. En un principio, dudé pudieran corresponder a él, pero no hay duda.

sábado, 8 de octubre de 2016

LITERAUTAS


Después de ocurrir un desgraciado accidente, mis padres debieron replantearse mi futuro. Ante la falta de porvenir en el pueblo, mucho antes debí haber salido a buscarme la vida; como muchos miles más en aquellos años de éxodo y diáspora hacia las ciudades.

Así que, vencidas por los hechos las últimas resistencias, mis padres encargaron a un tío suyo que ya se había instalado con sus hijos en la ciudad, la búsqueda de un empleo para mí. Y el 1º de Mayo, que entonces no era fiesta laboral, arrancó la nueva singladura de mi vida en el hotel Oriente ¡¡de pinche de cocina!!

No tengo especial memoria de aquellos días. El contraste del pueblo con la ciudad, el cual doy por hecho que se produciría, no dejó excesiva huella. Me pagaban 900 pelas al mes y pagaba 700 a los tíos por el hospedaje. Así que con 40 duros para mis gastos, había de pasar el mes.

Los trabajos habituales: encender el fogón de carbón y alimentarlo, pelar patatas, socarrar los pollos... Los cocineros se portaron bien conmigo. En especial el señor Santiago, que me buscó el siguiente trabajo cuando las cosas se pusieron feas.

No tuve tanta suerte con una ¿despensera? que había. Estaba liada con algún jefe del hotel y parece ser se creía con derecho a dominar al catetico de pueblo recién llegado. Pero yo no estuve por la labor.

Cuando alguna tarde me tocaba quedarme de guardia -no sé para qué pues no sabía freír un huevo- aprovechaba para comer y beber, sin que se notara, de lo que había a mano. Y a las botellas empezadas que guardaba la “somelier”, les daba el correspondiente tiento. Me gustaba el helado de vainilla y no me gustaba hacer los caracoles de mantequilla para los desayunos.

Por ese desacuerdo con la cantinera, y antes de que las cosas llegaran a más, el señor Santiago me buscó otro empleo y en el mes de Julio, comencé a trabajar en el Rte. París, de mucha enjundia en aquella época y hoy desaparecido. De ayudante de cocina y por ¡¡1200!! pelas al mes. Aquí, pasamos un invierno de lo más divertido, eso sí, sin un puto duro en el bolsillo.

Superado el trance de huir de la "despensera", me integré en el París. Aquí me sucedieron muchas cosas. El jefe de cocina, era un tipo que el día que venía mal follao al trabajo, pagábamos justos por pecadores. Así, a los pinches, nos quitaba la fiesta de la semana porque y cuando le daba la gana. "La semana que viene, sin fiesta". Y a ver dónde ibas a reclamar. Ajo y agua.

Del segundo, César, conservo una anécdota. Hacía la mejor tortilla de patata del mundo; pero ojo: freía la patata en la freidora donde iban a parar todos los fritos, desde calamares a la romana hasta filetes empanados. ¡¡Y la vuelta al aire, siempre!! Hoy la forma de las sartenes, no facilita esa opción. Y la sopa de pescado, en ningún sitio la superaron.

En mis años de aspirante, nunca vi un libro de recetas, excepto el de Monsieur Scoffier. Esos libros quedan muy bien encuadernados y con bellas fotografías. Cuando tras una dura jornada tienes que dejar la plancha como una patena, te quedan pocas ganas de alegrías. El recetario, lo vas adquiriendo día tras día para, al final, comerte un par de huevos fritos pringándote los dedos a tope.

Allí, había una señora que limpiaba los cacharros de la cocina. Algo obesa. Por una escalera de madera, bajábamos a la bodega. El jodido Pepín, ató la mesa de la freidora para que al subir la señora María no pudiera pasar. En vez de ella, subió echando leches Jesús Gracia y la freidora fue a cascala. Yo, que estaba al lado limpiando la plancha, recibí el aceite aún caliente en mi pie derecho. Por supuesto me quemó y una ampolla enorme levantó la piel. Una odisea y como escocía.

Me dieron la baja por accidente, pero como no tenía para comer, debí acudir todos los días a trabajar para así llenar el estómago. Casi sin poder andar, y hasta que se curó... como picaba. Cuando recibí el alta, ni una pela más me dieron los cabritos aquellos. Joder que putas las hemos pasado a veces. ¿Venganza? No hice poco que salí con vida.

La cocina, tiene mucho de fanfarria circense: un puré de patata, es Parmentier y una Vichyssoise, crema de puerros. Hasta llegué a cocinero de un general.

(Basado en cocinero antes que fraile)

http://www.literautas.com/es/blog/

jueves, 6 de octubre de 2016

EL PRICIPIO DEL FIN

Acaba de ocurrírseme una brillantísima idea: la forma de no morir. Y ante el dilema de desear tener un fin, pues que cada uno elija. Sería como ahora con la eutanasia: potestad del individuo sin interferencias religiosas de por medio. He dicho mal al escribir como ahora, falso. Quien por el motivo que sea decide acabar con su vida, ha de hacerlo a las bravas pues los talibanes religiosos, obispos y beatos, que son los peores, al que intenta cometer semejante sacrilegio, lo excomulgan y sacrifican sin remedio por tal osadía. Una cosa es quemar a la gente viva, pues toda la vida se ha hecho así con la bendición de santa madre iglesia, y otra que cada cual goce de su libre albedrío y campe a sus anchas.

Hasta de ahí podíamos llegar, que la gente se muriera cuando le diera la gana solo con ir al hospital o sin ir. Si los sanitarios facilitaran los medios para palmarla con alegría, sin sufrimiento y en el momento en el que cada cual lo deseara, como podrían amenazar con las torturas y el fuego eterno del más allá (aunque como alguien dijo, el infierno está aquí). Y esto me lleva a otra reflexión: suponiendo y admitiendo que el infierno esté aquí, ¿Qué cojones hemos hecho la mayoría, en no se sabe ande, para tener que sufrir las miserias y crueldades de unos hijos de puta que se creen los amos del mundo y nosotros piojosos inconvenientes colocados en él, para su mejor vivir y exclusivo servicio? ¿Qué hicieron esos hijos de puta, no se sabe ande, para gozar de tanto privilegio y buen vivir? Los hay que creen que en el Más Allá gozarán de placeres y mujeres sin cuento, eso los piojosos que sirven a los dominantes porque estos ¿dónde van a encontrar mayores placeres que en este infierno?

A lo que iba. Cuando yo voy... algo así canta la hurí Chenoa. Eso; si aquí la raza humana la palma porque desobedeció la orden de no comer manzanas del árbol prohibido y todos nacemos con el Pecado Original y por ende con la sentencia inconmutable de pena de muerte, la solución es sencilla: Enviemos a otro planeta que sea habitable, o hagámoslo así, a una avanzadilla de seres humanos fértiles, fuertes y sanos de cuerpo y espíritu puesto que allí no estará vigente la pena de muerte al haber carencia de Paraíso Terrenal, ni Adán y Eva y por ende, sin prohibiciones ni castigos sobre los descendientes; serán longevos, tanto, que hasta puede se haga conveniente la necesidad de que, quien lo desee, retorne a la Tierra a dejar sus huesos en donde le apetezca. O convertirse en abono orgánico para plantas y reencarnarse.

No quisiera parecer racista, aunque me importa un carajo: no podrían viajar judíos, cristianos ni musulmanes, solo gentes libres de pensamientos religiosos pues, de lo contrario, la cagarían de nuevo.

miércoles, 5 de octubre de 2016

ÚLTIMAS VOLUNTADES

Tumbado en la cheslón o el sillón columpio, qué más da, Juanito repasaba sus últimas voluntades. Es verdad que la memoria le flaqueaba cada vez con más frecuencia e intensidad pero, como todas las actitudes en las que se ha practicado a fondo y en el tiempo, al final resultaba selectiva, como la sordera. ¿Quién no conoce a un sordo de conveniencia? Es más que probable que usted, amable lector, sea uno de ellos o ellas. Que cuando les requieren sobre algo que no les interesa respondan con un "hace mucho aire ¿verdad?"

Pues más o menos ese es el caso de Juanito; cuando algo no le interesa, sopla un cierzo huracanado. Mas en este caso, no venía a cuento hacerse el sordo consigo mismo. Cienes de veces había hecho lo contrario de lo que le dictaba su conciencia e inclusive su voluntad. Y las mismas ocasiones por llevar la contraria y dar por saco, hacía o había hecho lo contrario de lo que debía. Espíritu de contradicción que no de contrición.

Todavía recordaba la campanada que significó no acudir a la ceremonia de su boda. La noche anterior se fue de juerga con sus amigotes -ten amigos para eso- y al otro día estaba camino de Fuengirola con una alemana que se había pegado a él como una lapa y viceversa. Cuando estos malos amigos vieron que el asunto se les iba de las manos, trataron de disuadirle y despegar a la teutona -y tetona, vive dios- de su lado pero fue imposible. Con una tajada encima que recordaba a la despedida de soltero en la película Airbag, todos acabaron como canta Bunbury, hasta el culo de marijuana.

La novia, los padres, los invitados y su familia en general, ante el bochorno de la no presencia de Juanito y sus amigotes, dieron parte a la guardia civil para que, ya que al menos se habían ausentado de la ceremonia, los encontraran para cantarles las cuarenta bien cantadas e incluso darle un buen repaso que no lo olvidara nunca. De ello daban fe sus espaldas, tenían memoria de elefante.

Sí, ciertamente su voluntad últimamente era muy olvidadiza. Tanto que solo encontraba adverbios para expresarla. NO le preocupaba absolutamente esa circunstancia. ¿Morro, desidia, pereza, vagancia? Quizá de todo un poco, pero sentía que su voluntad quebraba, o no, pues no iniciaba ningún movimiento tendente a realizar ese pensamiento que reconocía debía llevar a cabo. Parecíase a los camaleones que se mueven a cámara lenta. Así que para no fatigarse más, decidió dar fin a este relato, consciente de que estrujarse más el cerebelo hubiera significado tener alguna voluntad y eso, no le interesaba.

martes, 4 de octubre de 2016

EL SURCO INACABADO ll

Hace unos días se armó un lío tremendo en el pueblo. Después de la novena, ya de noche, alguien dejó al cura encerrado en la iglesia. Echaron la llave por fuera y él quedó dentro. Como no podía salir y no tenía otra forma de llamar la atención, no se le ocurrió más que tocar las campanas a fuego. ¡Buenooo! Toda la gente corriendo por las calles con los pozales en la mano preguntando qué era lo que ardía. A oscuras, pues las escasas bombillas que iluminan poca luz dan. Tras los momentos de zozobra y dado que la señal de fuego se repetía, fueron a la iglesia y hallaron a mósen Gareta cautivo. Preso de un nerviosismo tal como si lo persiguiera Luzbel. El mismo que en el altar mayor yace en lo más alto, en escultura, panza arriba bajo el arcángel Gabriel que le tiene puesto un pie y la espada en el pecho. Echando espumarajos de santa ira por la boca, el cura  no cesaba de decir: ¡Al que lo ha hecho lo excomulgo! ¡Lo excomulgo!
El alcalde dio parte a los civiles del suceso y al otro día acudieron a indagar. Difícil papeleta para los guardias ¿quién ha sido? Mira, como que va a venir voluntario. ¿Enemigos? Todos y ninguno.
Últimamente han ocurrido cosas raras en el pueblo respecto de los bienes de la iglesia. Las teclas de marfil del órgano desaparecieron. Con este asunto ocurrió  algo muy feo en el que se vieron involucrados los guardias. Otro día, a las tantas de la noche, un vecino vio luz en la sacristía y no se le ocurrió otra cosa que entrar a la iglesia a ver que sucedía. El cura mósen Gareta y el Honorio el sacristán, embalando propiedades antiguas de la iglesia. Candelabros preciosos del Altar Mayor, unas lámparas de bronce que custodiaban la entrada al mismo en las columnas a los dos lados, libros antiguos, y sabe dios cuantas cosas más. Iglesia de 1740 que hoy, está vacía de todos sus tesoros. A cambio, quincalla.
Para enviarlas a la capital, al museo diocesano. Eso contó el cura cuando se descubrió el pastel; ¡y una punta espárrago! porque lo cierto fue que todas las riquezas desaparecieron. No importa tanto donde. Fueron esquilmadas por su guardián. Lo mismo que las teclas del órgano. Esa ha sido la creencia general. Tiempo después, se hizo un viaje de placer a Mallorca con un amigote........
Por ello, en el tema del encierro, los civiles se olvidaron de el rápidamente, pues dados los precedentes convenía apagar aquel fuego lo más rápido posible, ya que aún seguía muy viva su actuación anterior y los comentarios y censuras no cesaban. Sin embargo, yo tardé poco en averiguar quien había sido el causante de la broma: el Celipe, novio de la mocica  a quien el cura no quiso dar la absolución para Semana Santa; se había vengado de aquella afrenta. A ver si se lo llevan los demonios al estar encerrado y a oscuras. El mozo y sus amigos, se carcajeaban al contarlo.
Ayer, fuimos de excursión al campo en busca de los frutales que el tío Víctor tiene en El Royo. En la acequia hay casi de todo. Perales, manzanos, ciruelos, abugos... Como vimos que el tío Ramón estaba trabajando la viña, dimos un rodeo para evitarlo y no nos reconociera. Estábamos comiendo abugos cuando comenzó a gritarnos: “Legosnardaooo que t’han vistoooo”. Asustados, salimos corriendo de culo, hacia La Arboleda. Una vez superado el primer soponcio, comenzó el pitorreo. Ninguno de nosotros era nuestro amigo León, al que el hombre había nombrado, lo cual nos tranquilizó. No podría decir al tío Víctor que Juanito y otros estaban robándole las peras en El Royo.
  El mangar la fruta o madurarla antes de tiempo, ha sido una constante a lo largo de los tiempos. Si el dueño quería probarla, debía cogerla verde pues de lo contrario, era quien menos comía de ella.  Mi señor padre me cuenta que, años antes, tenía con otro pastor una frutería a medias. Habíanlas robado el día de san Ginés, en los mismos frutales que nosotros, y escondido después. Y se surtían del producto de su latrocinio. Una noche, a las once o más tarde, se encontraba con su amigo robando cerezas o abugos en El Hontanar, cuando por la carretera subía una persona.
Se asustaron y salieron huyendo; luego resultó ser un hermano suyo que volvía de la mili. A él, a mi padre, le robaron las peras del huerto del Arcillero. Las gallinas escarbando, las sacaron en un pajucero donde los ladrones las habían ocultado. La cosa más horrible que he comido fue un pepino que a las cinco de la tarde de un mes de Agosto le robamos al tío Leandro del huerto. Francho y yo. Nos refugiamos y  ocultamos en los sabucares aledaños, a comerlos. Calientes, sin sal.......... horrible experiencia. Sin embargo, hay unos frutales que nunca me he atrevido a tocar. Con unos preciosos albaricoques y melocotones, con mirarlos he tenido bastante. Pertenecen al tío Pepiño, el cual es de esos personajes que, aunque nunca se han comido a nadie, dan miedo. Con cara de bulldog inglés, a ver quien se atreve a tocar un alberge.

sábado, 1 de octubre de 2016

ESPAÑA SE HUNDE!!!



El sobrepeso causado por los más de 64 millones de visitantes extranjeros, ha hecho disminuir la superficie de arena en las playas españolas. Poco a poco, la playa Els Trabucador en el Delta del Ebro, va desapareciendo, lo cual es de todo punto inadmisible. La Generalitat catalana, está promoviendo un referéndum de independencia entre otras cosas para reservarse el derecho de admisión. Mucho me temo sino buscarán también el quedarse con las casas que "los españoles" hemos ido adquiriendo con los años. Sea como sea, y dado el carid que en España están tomando los acontecimientos, igual nos resulta más ventajoso hacernos ciudadanos de la República de Catalunya que seguir siendo súbditos de los Borbones y esclavos de la podredumbre política que nos ahoga. No creo nos traten peor que a los manteros o a los moros.

Lo de los extranjeros se puede solucionar: armamos un poco de follón, tiramos cuatro petardos falleros, y como son unos acojonados ya no vuelven más. Y el que venga detrás que arree.


 
120607.espana.se.hunde.crisis.al.cuadrado.al.cubo