DIARIO
APÓCRIFO DE MIS CORRERIAS
Confidencias
con Agapito
Según me dicen, pues yo no estaba allí en aquel momento ya que me
había ido a buscar nidos de pajarel en las estepas de la solana del Morrón,
nací un domingo por la mañana en casa de mis abuelos paternos Manuel y
Maximina. Cuando volví, supongo que en represalia, me dieron varios cachetes en el
culo a lo cual respondí con berreos y llantos incontrolados, cosa normal pues esas
no son maneras de recibir a nadie la primera vez que llega al mundo. Aunque mi madre no tenía experiencia, a la
abuela le sobraba: habíase visto en nueve ocasiones en esas circunstancias . Más adelante, en ocasiones dormiría con los abuelos en su
cama, a sus pies, en posición contraria; ¡¡qué nostalgias!! Las campanas, tan
cercanas físicamente, cuyo bandeo está grabado en lo más recóndito de mi
memoria:
Campana de mi lugar
tú me quieres bien de veras
cantaste cuando nací
llorarás cuando me muera.