Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 14 de marzo de 2016

Y EL TATO, TROPECIENTOS

Una mañana de un domingo 14 de Marzo hace taitantos años del siglo pasado....


DIARIO APÓCRIFO DE MIS CORRERIAS

Confidencias con Agapito

   Según me dicen, pues yo no estaba allí en aquel momento ya que me había ido a buscar nidos de pajarel en las estepas de la solana del Morrón, nací un domingo por la mañana en casa de mis abuelos paternos Manuel y Maximina. Cuando volví, supongo que en represalia, me dieron varios cachetes en el culo a lo cual respondí con berreos y llantos incontrolados, cosa normal pues esas no son maneras de recibir a nadie la primera vez que llega al mundo.  Aunque mi madre no tenía experiencia, a la abuela le sobraba: habíase visto en nueve ocasiones en esas circunstancias . Más adelante, en ocasiones dormiría con los abuelos en su cama, a sus pies, en posición contraria; ¡¡qué nostalgias!! Las campanas, tan cercanas físicamente, cuyo bandeo está grabado en lo más recóndito de mi memoria:

Campana de mi lugar

tú me quieres bien de veras

cantaste cuando nací

llorarás cuando me muera.