Qué duda cabe que para escribir y sobre todo para
participar en concursos literarios, es necesaria una gran dosis de imaginación.
Acabo de ver el fallo de un concurso patrocinado por un hotel de costa. El
segundo y el tercer clasificados, digamos que los he comprendido pero el
primero, me he quedado in albis. Ni puta idea de que iba el tema.
Recuerdo cuando estudiando en la escuela de hostelería de
Santiago de Compostela, hicimos una redacción de un viaje a las estrellas. Uno
de los alumnos, “llegó” a un planeta en el cual al poner pie en el suelo, dijo:
Alfalfa, en alusión a que era o se llamaba Alfa. No satisfecho con eso añadió
que se percibía un olorcillo a chorizo de Cantimpalo que no veas…. La hilaridad
que atrapó a todos los alumnos no desmereció de la fantasía del escritor. La
situación era irreal e imposible, pero gustó; quizá la situación del primer
premio aludido sea la misma.