Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 22 de marzo de 2017

LAS CARGA EL DIABLO

Supongo que fue una casualidad. El caso es que no hace muchos meses encontré o caí en una web donde una vez al mes se convoca un episodio ¿cómo llamarlo?  -los propietarios de la web lo llaman escena-, en torno a un tema o lema que deben seguir los participantes. Las normas son, aparte de las habituales de educación y bla, bla, bla, que el relato contenga las directrices, señuelos o indicaciones apuntadas y que no sobrepase las 750 palabras.

En este tiempo he participado con tres intervenciones y he dejado de hacerlo en una que no me decía nada. Tiene unas normas según las cuales se puede y se debe comentar y leer todas las escenas -nos ceñiremos al uso habitual que ellos emplean- que uno desee siendo obligatorias las tres siguientes a la tuya. Aunque hayl@s que se pasan estos requisitos por la entrepierna y pasan de ese formulismo.

Como siempre ocurre en todos los ámbitos de la vida, hay de todo como en botica entre los participantes. Somos internacionales y de habla hispana aunque algunos textos, casi, casi, los entiende el escribano, pero bueno, eso no es criticable. He observado la costumbre de algunas personas que contestan y participan en muchas lecturas; es una forma de aumentar los comentarios a su relato. También que, como hay una contención de palabras, alguna intervención parece más bien un desahogo a esa limitación pues contiene más prosa que la escena en sí.

¿Afán de ayuda o de protagonismo? A veces pelotilleo descarado. Me gusta participar en la escritura con el tema que se me ocurre y joder, que te salgan con el machismo leninismo porque has mencionado a Eva y Adán, tiene su aquél; o que te corrijan porque has empleado la K para llamar kabrón a alguien...... Ya sé, y tengo asumido, que no tengo ni idea de sintagmas, predicados y otras sutilezas lingüísticas; es más, sintagma lo asocio a la plaza ateniense del mismo nombre en la cual sus moradores preparan sus jaranas en contra de los kabrones de la troika.

Pero que una censora, al menos de nombre, pretenda dar lecciones en otra escena diferente a la suya escribiendo "enrrevesado", es para amatarla. Claro que la culpa es mía por meterme en camisa de once varas ¿Quién me manda escribir y participar en foros ajenos? Pero sino lo hago ¿A qué dedico el tiempo libre?

Por cierto, en la web no hay ningún premio salvo el gustirrinín de ver que tu participación está ahí y a unos les gusta y a otros no, pero eso son gajes del oficio ¿o no?.

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