Es obvio que las "autoridades" catalanas y españolas se han enganchado a la pendencia continua sin ánimo de resolver tal enfrentamiento. El fin perseguido por unos y otros tiene un comienzo: mantenerse en el poder a costa de lo que sea.
En el caso de los catalanes, clama al cielo la ceguera de gentes que no tienen nada que ver con sus dirigentes. Les han jodido la sanidad, la educación, el empleo y en lugar de recriminarles su actitud y botarlos del poder, les han seguido como borregos al matadero. Hace unos años, no muchos, en conversación con unos trabajadores de esta tierra les manifesté mis temores sobre la pendencia que significaba esta deriva. Mientras salían a las carreteras, uno de ellos había participado en Amposta, desde el gobierno de Barcelona -tan de derechas y corrupto como pueda ser el pp y Rajoy- utilizaban el territorio y a sus moradores de conejillos de indias privatizando la Sanidad, Educación y todo cuanto era posible hincarle el diente.
Y no solo eso, han robado a manos llenas cuanto han podido. Como estandarte, el más deshonrado de los dirigentes: Pujol. Ha sido a raíz de la imputación de todos estos facinerosos cuando han emprendido la huida hacia adelante en un intento de eludir la acción de la justica, tan dada a encarcelar a los robagallinas y hacer la vista gorda cuando se trata de ladrones de los derechos y dineros ciudadanos.
No menos pendencieros, ladrones y deshonestos son los miembros del partido del gobierno español. Utilizaron los métodos fascistas y delincuentes que han copiado sus homólogos venezolanos para hundir al trabajador español: cuánto peor mejor. Ya lo dijo el delincuente Montoro: "deja caer España que ya la levantaremos nosotros". Pero trabajan para "su" Egpaña, no la de los ciudadanos. Los dirigentes catalanes, lo mismo.
Inexplicable la actitud de ERC, un partido en teoría de izquierdas que ha sostenido hace años a los delincuentes de CDC y ahora del PDCAT. No les importa perder un ojo si el resto nos quedamos ciegos.
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