Todo ello ha surgido como réplica a la realización, hoy, de la votación en referéndum -imposible- por la autodeterminación de Cataluña. Y a esto hay que buscarle culpables: desde Isidoro, que impidió a los fiscales Giménez Villarejo y José Mª Mena juzgar a Jordi Pujol por estafador y ladrón en el asunto de Banca Catalana, además de servirse de él para mantenerse en el poder, pasando por el genocida Aznar que hablaba catalán en la intimidad y asimismo se aprovechó de Pujol para mantenerse en el poder. Sin olvidar a don Tancredo Rajoy, fabricante de independentistas a mansalva como reacción a la sentencia de TC, mancillado por gentuza afín a los intereses partidistas y partidarios que ha dilapidado todo su prestigio si es que alguna vez lo tuvo.
Como es lógico la otra parte, la nacionalista, no puede lucir honradez de ninguna especie. A pesar del "Espanya ens roba", siempre ha sido al contrario. Han exprimido al Estado, con la ayuda inestimable de los gobernantes de Madrid, todo lo que han podido y más. No solo la derecha reaccionaria de CiU, Montilla aplicó la misma norma. Con cara de taimao y comadreja, medró como ministro hasta que le interesó ser president del gobern. Una vez en el, su actitud no se diferenció en nada a la de Pujol o Mas. Todavía no le habrán descubierto un 3%, pero estoy seguro que mordidas, las hubo lo mismo que con CiU.
Tarradellas dijo que no le gustaba nada Pujol. Viejo exiliado, conocía bien el paño de las viejas hilaturas. Pero el president sin honor, consideró que la no imputación y condena por Banca Catalana, abría la puerta a toda clase de desafueros y latrocinios y así se comportó la sagrada familia a partir de entonces; sabía que mientras a Madrid le votara en el Congreso lo que quería, obtendría lo que quisiera de ellos y no le molestarían en su depredación de los presupuestos.
Con Mas, las cosas se han superado en todos los aspectos. Hundieron la sanidad y la educación y quienes pudieron haberle puesto freno, dejaron al caballo desbocado persiguiendo la independencia que por sí solos nunca lograrían. El actual president Puigdemont junto a otros dirigentes de su gobierno, corresponsables e irresponsables de todo el desaguisado, acabarán en la cárcel y arruinados, proclamen o no la independencia.
Pero no nos olvidemos de don Tancredo, el Rajao. Él y su partido han hecho más por la independencia que ningún dirigente catalán; han sido y son, con su comportamiento, la mayor factoría productora de independentistas y no solo en Cataluña. En el resto del Estado, el rechazo a su partido podrido, genera adhesiones hacia Cataluña y futuros secesionistas en sus territorios. Y no hablemos de la desvergüenza de negar a unos territorios la financiación que a otros les otorga por apoyar sus desmanes presupuestarios.
La Egpaña de los pícaros y vividores sigue vigente.
PD.- Los chinos, están encantados con estas escaramuzas entre españoles. Habrán vendido cientos de metros de tela y urnas estos días.
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