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Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.
miércoles, 20 de diciembre de 2017
HUELE A NAVIDAD
En la carpintería de Nazaret, José, el maestro carpintero, le pide al niño aprendiz que recoja las virutas del suelo. Está cepillando las cuadernas de un barco y los residuos se le introducen entre la sandalia y el pie. Pero hay un ratoncillo en un rincón que mira respetuosamente al rapaz y le dice: “Déjame algunas virutillas para poder hacer un lecho donde abrigar a mis hijos que están a punto de nacer”. Y el Niño, le convierte un puñado de virutillas en queso gruyere y requesón. “Pero no se lo digas a nadie, ¿eh?”. Huele a Navidad.
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