Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 6 de enero de 2017

EL MOUSE

Dedico este cuento de Navidad a Agapito, mi ratón. Protagonista imprescindible en mis aventuras para descubrir la biblioteca oculta del castillo de mi pueblo:

"En la carpintería de Nazaret, José, el maestro carpintero, le pide al niño aprendiz que recoja las virutas del suelo. Pero hay un ratoncillo en un rincón que mira respetuosamente al rapaz y le dice: «Déjame algunas virutillas para poder hacer un lecho donde abrigar a mis hijos que están a punto de nacer». Y el Niño le convierte un puñado de virutillas en queso gruyere y requesón. «Pero no se lo digas a nadie ¿eh?»."