Husmeando por la web de los escritores, he visto una convocatoria de un concurso literario sobre dicho santo. Y mi máquina de recordar, que no de pensar pues bastante óxido la envuelve, me ha devuelto a los primeros años de la segunda mitad del siglo pasado. Los muchachos de entonces, todavía no éramos niños, jugábamos con una letanía que como todo pasaba de generación en generación y que con toda seguridad murió con la nuestra.