Cuando eres usuario del transporte público especialmente el tranvía, sin excluir al bus, te das cuenta de muchas cosas que solo ocurren en los periódicos entre gentes obnubiladas o cuando menos cuadriculadas. Yo casi diría que obsesionadas en dirigir a una parte de la sociedad a su manera, dictatorial, de entender la vida. Leo cada vez menos y a ciertos articulistas nunca, lanzar diatribas contra los hombres: machistas llaman ell@s a quienes osan diferir de sus eslóganes y argumentos totalitarios. (Quienes ejercen violencia contra las personas, son asesinos y criminales sin ninguna consideración y a esos, se les debe aplicar el código penal en toda su crudeza)