Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 1 de julio de 2017

LA CASA EMBRUJADA

(Este cuento lo ha escrito mi nieta, la del taca en la portada).


Érase una vez en el parque de atracciones había un niño y una niña y los dos estaban muy contentos de estar allí.

Después de montarse en muchas atracciones al niño que se llamaba Nicolás, se le ocurrió que podían visitar la casa del terror. Después de unos minutos una bruja apareció, les montó en su escoba, traspasaron la Luna y les llevo al país de la imaginación (que todo lo que imaginabas se hacía realidad). Los dos se imaginaron un helado de chocolate bien grande y se lo comieron. La niña imaginó un sol gigante pero ¡Ahhhh! quemaba mucho.