Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 3 de agosto de 2017

QUE LA ETERNIDAD TE SEA LEVE, ISMAEL

Ayer partió, en el viaje definitivo, un amigo y compañero de la infancia y juventud. No tenía conocimiento de que estaba enfermo ni de la gravedad de su estado. Mi hermana me envió un wasap comunicándome el deceso. Solo pude escribir ¡¡¡Dios!!!