Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 22 de septiembre de 2017

CAMINO AL BORDE DEL ABISMO

Caminaba despreocupada por un terreno que no vi peligroso. Era tan grande el placer del paseo que descuidé la seguridad de mis pasos. Mis sentidos se perdían en la belleza de las sensaciones y el primer tropiezo no consiguió distraerme de mi embeleso. Pero tropecé de nuevo y caí sin proponérmelo sobre la flor más bonita del camino. Cuando la vi allí, rota, me senté a mirarla con tristeza y pensé: ha llegado el momento de descansar.* *En mi corazón oigo todas las palabras que los árboles murmuraron a mi paso y también todas las que yo dije en mi soledad y que ellos escucharon, cobarde,  siemp...