Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 11 de octubre de 2017

Y LA MONTAÑA PARIÓ UN RATÓN

Tras meses, años, sufriendo el machaqueo inaguantable de unos y otros, catalanes y anticatalanes, ayer el president la cagó. No soy catalán pero entiendo que a la población que les ha seguido, la han manipulado persiguiendo metas espurias y oscuras: librar al no honorable Pujol de la cárcel -cosa que ya hizo en su día otro personaje sin honor, Gonzáles/Isidoro- y otros como Mas.

Se podrá discrepar o aplaudir a los independentistas de buena fe. Pero hay que convenir que a la gente de la calle el hecho ha debido sentarle como un jarro de agua fría, como una traición, una patada en los huevos que lo es. La CUP y en menor medida ERC, solo han sido los tontos útiles, los compañeros de viaje, los cooperantes necesarios. Los votantes de Convergencia hoy PdeCat, la burguesía, se manifestaron el domingo pasado día 8.

Una cobardía que aplaudirán con las orejas sus enemigos. Esa es la fiabilidad que tienen los políticos, todos. La misma, y para no desmerecer, que tiene el gobierno central.