Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 12 de octubre de 2017

SEGURATAS (Y OTRAS YERBAS)

De entrada, he de reconocer que no me caen mal, sino peor. Son sicarios a sueldo de quien les paga y en muchas ocasiones el uniforme les da unas ínfulas y prerrogativas que no les pertenecen. Hecho este que acontece no solo a los seguratas; también caen en ese torbellino la mayoría de individu@s que se embuten dentro de ese trozo de tela. Cierto que todo el que trabaja cobrando un sueldo, lo hace para quien trabaja o le paga pero hay distancias siderales entre realizar un trabajo físico o intelectual y tocarse las pelotas cobrando el salario a expensas de los demás y no precisamente para protegerles.