Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 20 de noviembre de 2017

ME RINDO

Es tanto lo que ignoro, que prefiero seguir siendo un ignorante, antes que un infeliz consciente de ello.

Todo esto de los narradores ha sido nuevo para mí hasta caer en la web de Literautas. He sido y soy autodidacta cayendo en lo naïf. Me aficioné a escribir -mejor llenar folios- cuando trabajando por la noche debía mantener despierta la mente pues los ojos se negaban. Mirando a Vargas Llosa y su decadencia, se me cae el alma al suelo; me planteo si sirve tanto esfuerzo para acabar haciendo el ridículo.