Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 23 de noviembre de 2017

e-DREAMS

Ayer , pasé la tarde repasando mi obra maestra -que a esta marcha va a convertirse en una sinfonía inacabada- sin encontrar el punto G de la inspiración última. Nikito Nipongo, corto, pego, elimino y vuelta a empezar, no doy en el clavo.