Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 25 de noviembre de 2017

HOJAS Y ÁNIMAS

En mi niñez, nos contaban un cuento según el cual las hojas de los árboles eran las ánimas de los difuntos que aprovechaban a éstas para correr libres allá donde el viento las llevara. Cuando las hojas desaparecían, las ánimas, volvían a su refugio hasta el año siguiente. Por eso el mes de noviembre, es el mes de las ánimas y las hojas, correteando movidas por el viento.