Como este blog y los anteriores de Terra o La Comunidad de El País, nacieron con la vocación de contar los hechos consuetudinarios, o no, que por mi magín circularan; ocurre que hay temporadas en las cuales los impulsos de darle a la tecla sin ton ni son, surgen como irrefrenables acuíferos en tanto otras, la más absoluta sequía y falta de ideas me invaden (lo cual es una contradicción).