Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

GLORIA IN EXCELSIS DEDO

La fatiga le quitaba fuelle, los años no pasan en balde. A pesar de ella y de la puñetera artrosis que lo tenía arrinconado y rodeado de algodones, este año no dejaría que nadie arruinara su Belén. Se sentó en el suelo y armado de plastilina de colores, comenzó a modelar todas y cada una de las figuras que consideró necesarias sin las cuales era imposible tomarlo por tal. Caganer, no, mejor ninguno, hay demasiados.
─Señor ¿por qué no permitís que lo hagamos nosotros?

─No, quiero que tenga vida y evitar los errores del pasado.

Cuando creyó que todos los personajes imprescindibles estaban listos, les dijo:

— Ea, ya podéis comportaros como seres vivientes, pero sin desmadraros.

Al poco aquello se convirtió en una pejiguera. Como el anterior. Como siempre. No tardaron en comenzar los conflictos por el agua, los pastos, las tierras…Todos contra todos. Parecía “una noche en el museo” cuando, tras adquirir vida, las figuras se dedicaban a intentar destruirse entre ellas.

— ¿Es que no hay forma de acertar de una puñetera vez? ¡Qué venga el informático inmediatamente! ¡Lo voy a despedir por inútil! —. A punto estaba de darle un puntapié y hacer volar todo por los aires.

— ¡Paaaara, papá! Todos los años lo mismo. Sabes que tiene un defecto de fabricación en origen. Ya habíamos acordado que los dejábamos a su aire, son incorregibles. Recuerda lo que me hicieron a mí cuando me enviaste con la intención de armonizar y depurar el programa. El algoritmo tiene un virus y es irrecuperable. Y lo sabes.

Mas como los problemas nunca vienen solos, los Magos llamaban a su puerta para quejarse amargamente de que, como venían de Oriente, los habían confundido con refugiados y no les permitían atravesar las fronteras para cumplir con su cometido.

—Es una injusticia, Señor. Y un boicot comercial encubierto a favor de Papá Noel. Como éste vive en los países nórdicos, si a nosotros nos prohíben la entrada, todo el mercado europeo para él. Y Tú sabes que en otros bazares no nos conocen ni estiman. ¿Nos imaginas cruzando el Mediterráneo en patera, cargados de juguetes? El Arca de Noé sería insuficiente.

Y por si faltaba algo, su nieto también se quejaba:

— Jo, abuelo, ya te vale, todos los años el mismo regalo ¿para cuándo una Tablet, o una PlayStation?