Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 28 de diciembre de 2017

ASÍ EMPEZÓ TODO


El mendigo se protegía del frío en un destartalado establo. Cuando sobre el mismo se hizo de día a medianoche, supo que algo raro estaba sucediendo.

Aquella noche, habían convocado una reunión de la Comunidad de moradores. Presidía la vaca Mu, la más sensata. Asunto a tratar: las condiciones laborales.

El gallo Kirico y el pato Lucas, eran los más vocingleros, como siempre. Propusieron dejar de poner huevos y dar leche como medida de presión.

A media sesión, entraron al establo un hombre y una mujer; ella en avanzado estado de gestación y a punto de dar a luz.

La señora Oca, muy mari manejos, enseguida organizó todo. Los animales grandes a dar calor, las luciérnagas agrupadas para dar claridad. El resto, recoger paja limpia y callad.

Al mendigo, le rogó acondicionara un pesebre como cuna.

Y así comenzó una historia que dura ya más de 2000 años.