Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 7 de enero de 2018

APÓSTATA


A LOS REYES,  (majos o no)

No es nada personal (o sí) pero… cuando se me cayó la venda dejé de ser monárquico. En los dos sentidos del sentimiento: espiritual y material.

Me tocó vivir una parte importante de mi vida, la mejor, sumido en la ignorancia. Al lugar donde nací, perdido entre montañas, con un acceso limitado, solo llegaban los ecos y las noticias difundidas por quienes de forma violenta se habían hecho con el poder, y como más tarde aprendimos, con todo lo que había disponible y, de forma ratera, requisable.