Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 8 de julio de 2018

MUTANTES


¿Quedará algún piso libre? Llevaban varios meses de búsqueda sin hallar zapatico que se amoldara a sus gustos y necesidades. Se cumplía a rajatabla el dicho aquél: “Lo que quiero no me dan y lo que me dan, no lo quiero”. Habían involucrado a sus familiares en la investigación y éstos, ya se daban por derrotados. Tantas vueltas e ir de aquí para allá, tantas llamadas por teléfono e indagaciones por las distintas oficinas inmobiliarias de la ciudad. Incluso visitaron ¡y se inscribieron! en páginas web dedicadas a la compraventa de pisos y similares. Nada, no había forma de encontrar alguna oportunidad adecuada. Para más recochineo, el piso propio donde habían habitado los últimos años, ¡lo habían vendido! Este pequeño contratiempo significaba que en meses, se encontrarían ¡en la puta calle! de no mediar el tan ansiado milagro.