Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

jueves, 29 de noviembre de 2018

¡VIVA EL VINO!

En este momento me estoy zampando, comiendo no sería el vocablo más azertado, una pizza Mediterránia regada con un vínico de garnacha que alegra el alma y otros atributos. (Abstenerse de opiniones divergentes que no serán tenidas en cuenta).
Osvaldo, llevado de estos pensamientos tan espirituosos, creo eres uno de los tipos, de este foro, que tienen un futuro en estos menesteres. Hay que saber ver, leer y dejar en paz a quienes solo tratan de dar salida a unos impulsos espirituales sin emplear la sintaxis- me viene a la mente el chiste sobre el tema-, la ortografía que no los planos ortográficos, la prosodia y la analogía. La prosopopeya, no tengo ni puta idea que significa.
En fin, que tú tienes futuro y como yo estoy al borde de la extinción, voy a copiar en mi blog esta parida para avergonzarme cuando el efecto de la garnacha y la pizza hayan desaparecido.
De postre, unas mandarinas de mi jardín que están a punto de caramelo. El tiempo, bien, gracias. ( Ah, y tengo de guardia en una silla aledaña a mi perrita Laika, pendiente de lo que caiga. Aunque ella ya comió antes que yo). salu2 compis.