Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

domingo, 20 de enero de 2019

LA GATERA

Hola Ana. He leído tu entrada en tu blog dando cuenta de las dificultades que tienes para poder escribir. Yo te animo a que sigas haciéndolo, en ratos perdidos, o cuando viendo volar una mosca te sugiere escribir sobre "Veinte mil leguas de viaje submarino".

Lamentas que hay ocasiones que intentas entrar en esta cueva y el ogro impide la entrada. Estas de invitada permanente lo cual no impide que cuando el cierzo azota inmisericorde, enrune la entrada de la cueva. No lo aceré más, como decía mi hija pequeña.

Yo también sufro crisis de dátil, y hay ocasiones en que no fluye ni una sola idea. He llegado al extremo de, no deseando participar en Literautas, me obligo a pergeñar un relato, parida más bien, para salir de las arenas movedizas. Los nombres también me lían. No sabía quien era Sophie hasta entrar a tu blog. Ahora estoy intentando preparar un libro de entradas del blog con alguna nueva aventura de los chicos de "Y tiempo para contarla". Es una válvula de escape para mantenerme ocupado y a la vez asegurar la supervivencia del contenido del blog de cara a una posible suspensión del mismo.

Y si cuela, cuela. salu2 Ana.