Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

lunes, 11 de febrero de 2019

LA OFENSA

Una vez, en algún lugar, leí o soñé leer que «no se perdonaba a quienes habíamos ofendido», y a raíz de entonces, siempre que me viene a la memoria la frasecita esa, no puedo por menos que hacer una evocación y repasar si a quienes les tengo ojeriza, es porque me han ofendido a mí o porque les he ofendido yo.