A pesar de que supone un reto para mí el escribir un relato todos los meses, no por esfuerzo mental sino por vagancia pura y dura, creo que voy a dar por concluida mi participación en el mismo. He de reconocer que he hecho algún lector y hasta algún amigo virtual, pero estos, cuando quieran tienen mi blog abierto para auscultar mis deposiciones gramaticales que casi nunca merecen la pena ser leídas aunque para mí supongan un divertimento.