Porque un hotel es un mundo en el que
hay muchos líos, celos competenciales, profesionales, amorosos…. Y no hablemos
de los que ocurren en las bedrooms. Eso ni tocarlo. A Ceferino lo llevaron de
holgazanear en el pueblo —es un decir— a hacer margaritas de mantequilla para
los desayunos del hotel Oriente, eso cuando salían. (Si le llamaban “Ceferino,
pueblerino”, él les recordaba al macho de las cabras: boque o cabrón).