Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 17 de abril de 2019

PELUSA

Ciertamente, desde que me da por escribir aventis, la lectura de los escritos ajenos ha dejado de gustarme; los veo como enemigos inalcanzables y eso, no está bien. Aunque ahora mi participación en concursos y saraos de distinto pelaje, ha disminuido notablemente, no dejo de caer en la tentación de vez en cuando a pesar de mi propósito de enmienda varias veces repetido e incumplido.