Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

viernes, 9 de agosto de 2019

SEQUÍA

Cada vez que tengo que preparar un libro, el esfuerzo mental que significa crea un vacío que tarda en recuperarse. El último, HUELLAS, que envié a finales del mes pasado a Amazon, lo recibiré impreso la semana que viene. Imagino que con este me despediré.