Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 7 de septiembre de 2019

CASI IGUALES

Acabo de leer, prestado por una persona a la cual se lo dedicó, un libro que mi maestro Don Felipe, escribió ya en las postrimerías de su vida. Se titula. "ESTAMPAS DE MI ALDEA DE NIÑO". Y excepto los nombres de personas que en aquel tiempo eran mayores, hay unas coincidencias en el relato de circunstancias vividas por ambos más que llamativas. Leídos ambos libros, ESTAMPAS...……. y, Y TIEMPO PARA CONTARLA, por alguien ajeno a ambos, llegaría a la conclusión de que uno era plagio del otro salvo ligeras discrepancias. Hasta en el formato dado a los libros hemos coincidido: episodios que solo tienen conexión entre sí a la mano que los escribió. Ha sido toda una sorpresa