Esta tarde, siempre que el tiempo lo permite lo hacemos, nos hemos reunido unas cuantas personas de paso temporal por el pueblo a charrar y escuchar historias del pasado. Entre ellas, una bastante más mayor que el resto pero con una locuacidad y memoria dignas de elogio, sobre todo para él. Incluso nos hemos enterado de que tenía otro nombre: Emiliano. Manda webs.