Estos días leí o escuché, que quienes no caminaban, andaban, acortaban hasta diez años su vida. Una memez más y ello me trajo a la memoria a mi abuelo Cristóbal, y otros como él, que se pasaron años de su vida caminando, andando, veinte o más kilómetros diarios para ir a la mina o al ferrocarril, en el caso de mi abuelo.