En la anterior entrada, hablaba de los guionistas de los culebrones de la televisión. Hoy retomo el tema no para rectificar, sino para ratificarme y ampliar lo expuesto.
En el interregno que va desde que escribí el post hasta hoy, estoy traumatizado y sumergido en una serie de Netflix llamada 24 horas. Vi algunos episodios hace años en una emisora de esas "secundarias" y me había quedado con la resaca de ver más. Protagonizada, al igual que la anterior "Sucesor designado" por Kiefer Sutherland, es de acción. Más bien parecido a Harry el sucio, las normas para él existen para ser ignoradas.
Este es un culebrón de siete temporadas y más de veinte episodios por temporada. O sea, una masacre. A veces da la impresión de que los actores gozan del don de la ubicuidad y aunque los guionistas logran mantener la atención del espectador, poco a poco te vas planteando hacer trampa y saltarte la actuación de algún personaje. Porque no se ciñe el relato a una sola historia sino que hay varias a la vez con algún personaje en conexión con la trama principal aunque eso resulte secundario.
En la primera temporada, la que vi, hay momentos en que a alguna persona estas deseando le peguen cuatro tiros porque hace lo contrario de lo que le dicen y todo sale mal y pone en peligro al actor principal. Sin duda ha sido el guionista quien les obliga a esa actuación por lo que los cuatro tiros, debería recibirlos él en su trasero.
Mención aparte merecen las traiciones de todo tipo que se suceden una tras otra. Resulta insólito que en un organismo oficial norteamericano haya más trampas que en un cuento chino. No se salva nadie; al presidente le hacen la cama sus consejeros y su mujer, los terroristas controlan todo y van como pedro por su casa y como decía una canción del medievo: "la que no es mala lo aparenta muchas veces y la que es buena no lo parece".
Pérfidos personajes, sin duda. Su imaginación calenturienta, harían bien en dedicarla a más productivos menesteres. Lo malo es que, a pesar de las diatribas lanzadas en su contra y ser sus deposiciones pura fábula y patrañas sin cuento, enganchan las historias contadas y aunque solo sea por ver como se cargan a alguien que te cae mal, sigues y sigues hasta que al fina te cansas y te olvidas. Satura por reiterativo.
Hace poco han dado por finalizada una novela en la televisión. Ha durado cerca de diez años. La vi hace más de siete años cuando mi amado padre estaba en una silla de ruedas y no quedaba más remedio que tragarse la píldora. Para los actores será un chollo pero ¡¡vaya tostón!!
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