Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

sábado, 24 de octubre de 2020

MIEDO

 Es lo que siento en este momento. Durante el confinamiento primaveral, nunca tuve la sensación de inseguridad y temor que en este momento me embarga. Sin duda que a ello ha contribuido la desaparición de Asun, pero también es un motivo capital de ese temor la imparable sucesión en progresión geométrica de los contagios y difusión del virus. Escapa a mi comprensión como ha sido posible la expansión del virus. Tuvo que haber un individuo portador vírico del cual ha surgido esta pandemia ¿pero como ha sido posible tal movilidad, morbilidad y mortalidad a nivel planetario? ¿realmente todo esto es natural o ha sido promovido y sembrado por algunas mentes criminales?

Tenemos certezas de lo que esta sucediendo. La primera, la ineptitud, en muchos casos criminal, de políticos inútiles que no han tenido en ningún momento empatía para con las víctimas y que previamente privatizaron la sanidad y los geriátricos públicos. Los gobiernos pperros del rajao, de la lideresa criadora de ranas y del gobierno separatista catalán demas, deberían acabar sus días en la cárcel juntamente con los fondos buitre que vinieron para desertizar la sanidad pública y las residencias de ancianos, ayudados por esos patriotas de pacotilla que solo han buscado su lucro personal.

Los ancianos masacrados en las residencias privadas, dedicadas a sacar provecho ilegítimo de la situación en lugar de preservarlos de los peligros del contagio, deben ser resarcidos y reparada su memoria. Encarcelando a los gestores y a quienes les facilitaron los medios para hacerlo: políticos de mierda, mercenarios del capital sin honor ni bonhomía. La gestión ha sido pésima. Cualquiera con dos dedos de frente que pensara con la cabeza y no con la cartera, sabía que tras el confinamiento ocurriría el desmadre a que nos ha conducido la falta de rigor en el tratamiento y contención de los deseos de la gente de echarse a la calle y al bureo. Ha faltado, y falta, conciencia ciudadana de lo que es esta terrible tragedia.

En segundo lugar, la ciencia ha fracasado estrepitosamente hasta el momento. Los científicos que no tienen ningún tipo de responsabilidad, dando lecciones de lo mal que lo están haciendo los otros, pero no aportando ninguna solución. Los laboratorios farmacéuticos, en una carrera loca por hallar una vacuna o un medicamento que ataque y mate al virus, persiguen no la erradicación de la pandemia, sino el remedio que sin matar la gallina de los huevos de oro, les permita hacerse con la patente mundial del hallazgo para así estrujar bien la ubre de los recursos monetarios del planeta.

Ejemplos tenemos con la vacuna contra la hepatitis C. Un laboratorio pequeño halla el tratamiento y un tiburón americano compra la empresa y a continuación eleva el coste del medicamento de una manera mafiosa, desvergonzada e inalcanzable para la mayoría de los pacientes. Es ocasiones así, a uno le entran instintos asesinos y no dudaría en apretar el botón que hiciera desaparecer a toda esa basura humana. Parece ser que los gobiernos han gastado ingentes cantidades de dinero buscando el antídoto para la enfermedad. Pues luego los beneficios, serán privados sin ningún género de duda ni reparos de esos gobiernos que con el dinero de los contribuyentes enriquecerán a esos laboratorios, listos, que exprimirán nuestros erarios públicos.

Tercero, nos vendieron que teníamos el mejor sistema sanitario del mundo. Una mierda de bichito, como lo denomina JR, ha dejado al rey en pelotas. Falta de medios en todas partes, en los hospitales han tenido que multiplicarse y ponerse las pilas para atender a los enfermos y no contagiarse a su vez; a pesar de ello, si que los ha habido muertes incluidas. La que está fallando estrepitosamente es la asistencia sanitaria primaria y la secundaria. Han bloqueado los ambulatorios convirtiéndolos en fortalezas inexpugnables cuando no cerrándolos. La gente se reprime de acudir y llamar por teléfono, la única posibilidad de contactar con ellos. Si tienes suerte y te cogen el teléfono, cuando te toque te llamarán preguntando cual es tu problema; en el mejor de los casos, una receta a recoger en farmacia y vas que te matas. La asistencia en especialistas u operaciones, mejor vuelva usted mañana. Todavía espero una consulta del especialista desde el año pasado. Una vergüenza; unos se han cubierto de gloria y otros de muerte (y mierda).


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