Con la de cosas que están ocurriendo, la de aviones que se estrellan diariamente, la de ínfimos personajes que invaden nuestra intimidad y nuestros derechos, y no se me ocurre ninguna idea lúcida para despotricar en su contra. Debe ser culpa de la niebla que nos invade.
No es del todo cierto el titular. Si que hay mucho que decir pero no halla el espíritu momento para abrirse y descargar sentimientos. Si hay una cosa cierta, es que el virus me ha bloqueado aunque yo no me dé cuenta. El permanecer en casa sin poder salir de la ciudad, me ha afectado no se hasta qué punto. Malhumor, dolor de cabeza, astenia -buena prueba de ello es que llevo un montón de días sin escribir nada- y para colmo el desastre en que se ha convertido la atención sanitaria básica.
Llevo cerca de un mes con un diente que me está jodiendo al comer y pretendía atención primaria solamente para que me hicieran una receta de antibióticos. La respuesta de la mujer que cogió el teléfono, los hombres casi han desaparecido de las consultas, fue que acudiera al dentista, no al del seguro que estos solo son sacamuelas, sino a uno privado. Me cabreó y tras echarle una filípica le colgué.
El chorreo de fallecidos a consecuencia del coronavirus, es constante; cada día se estrella un Boeing repleto de pasajeros. De la residencia de la abuela/suegra, ya van varios. Hoy me he enterado que hace unos días falleció un señor que fue vecino de toda la vida allí en el pueblo; su compañero de habitación, con el cual hablé alguna vez, se fue antes que él. ¡¡Que desastre!!
Hablando de algo menos trágico, aunque lo fue y mucho, hoy han reanudado en Netflix la programación de la serie The Crown, la Corona. Comienzan los capítulos con el asesinato por el IRA irlandés de lord Mountbatten, tío casi padre de Felipe de Edimburgo, el marido de Isabel II. También comienza a aparecer la que sería esposa de Carlos, príncipe de Wales, Lady Diana Spencer. Y desde luego la actriz que le da vida, ha sido todo un éxito por su parecido con la real. Uno no comprende como Carlos, que es quinto mío, prefirió a su amante de toda la vida y con la que siguió teniendo relaciones a pesar de que los dos estaban casados. Como decía un antiguo compañero, picha dura no cree en dios. Hoy es su mujer legal.
Yo creo que he comenzado a tomar partido por la juventud y la belleza de Diana y comenzado a odiar a Margaret Thatcher, una japuta para enmarcar.
PD.- Cuando escribí eso de "uno no comprende..." estaba sonado y no me había tomado la medicación. Como nombrar la soga en casa del ahorcado. (Seré gilipollas)
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