Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para callarse.

miércoles, 25 de marzo de 2020

DESPEDIDA

Carta de un abuelo afectado por el virus: "No quiero irme sin expresar lo que siento"
Lourdes Gomez

Les redacto una parte de la carta de un abuelo afectado por coronavirus en la que nos relata cómo se siente al ver que llega su final y  nos hace ver que él no estuvo solo y que esa soledad será la que nos salve. 

No sé si nuestro final ha llegado, pues algún día tenía que llegar, pero así, encontrándonos solos no queríamos. Hoy me desperté, subí la persiana, abrí la ventana, respire aire frío y observando esa avenida vacía, sin gente, sin coches, sin ruido, me di cuenta que me enfrentaba solo a un nuevo día. Un día, al que solo le pido que avance, que sea la cuenta atrás de este mal sueño, que sea la esperanza de estar cerca de esa solución, de la que no sé si a mí me dará tiempo a alcanzarla. Un día que esta lleno de recuerdos y de ilusiones de volver a abrazar a los que más quiero. No quiero irme así, sin despedirme, sin expresar lo que siento y sin sentir lo que necesito, un abrazo, una caricia, una sonrisa. Nadie nos dijo que podría llegar nuestro final, no hay bombas en la calle, ni cañones en las avenidas, ni terroristas que nos amenacen. Es un arma letal silenciosa, no hace ruido, está en todos los lugares de incógnito y no sabemos cómo atraparla. Siempre llegamos tarde. El tiempo nos ayudará a conocerla".

Suscribo sus argumentos y penas. Hoy, cuando tantas cosas quedan pendientes como una espada de Damocles sobre nuestras cabezas, por mucho que agucemos la vista, no conseguimos vislumbrar el futuro.