Hoy no trataré de las connotaciones históricas de la fecha, más bien de las temporales.
He conocido las más diversas y contrarias situaciones climatológicas en este día. Desde un hielo que dejó los árboles casi en mantillas, después de estar plenamente renacidos, pasando por una nevada antológica en el pueblo a estar a más de 30º de temperatura, disfrutando el día en el campo. Mes incierto donde los haya, cuando en invierno tenemos días fuera de contexto siempre contesto: "Tranquilos, que ya vendrá mayo"
Este año, por desgracia, nos está tocando vivir una experiencia que ninguna de las generaciones vivientes había soportado: la pandemia del coronavirus. Y como las penas, con pan son menos, al menos el clima acompaña para que el primer día que se ha permitido a la gente salir a pasear y hacer deporte, lo haga luciendo la piel hambrienta de sol y libertad.