Esta pandemia nos va a dejar malos recuerdos, miles de
muertos y millones de afectados directamente por el virus. También hemos
descubierto la cantidad de gobernantes miserables que no están para
sacrificarse en favor de la sociedad sino a la sociedad en favor suyo. La lista
sería interminable y eso unido a los carroñeros que no dudan en aprovecharse de
las desgracias ajenas para beneficio propio, hace que nos demos cuenta de la
fragilidad en que se sustentan las sociedades en cualquier lugar del mundo.